Gárgola

Capitulo 1. ~Invierno~

Desperté y era un día tan normal, igual que todos tan frió y monótono que me daban ganas de quedarme en la cama.

No estaba segura de que día era y ya no era consiente de la fecha ni el año en que estábamos, pero no me importaba ya que total nadie sabía de mi existencia y aquellos que alguna vez me conocieron ya estaban muertos.

La neblina era tan espesa que me rodeaba completamente no entendía porque había entrado tanta en mi habitación, mire por la ventana y me di cuenta de que la había dejado abierta la noche anterior.

Me puse de pie y me dirigí a cerrarla, pero me detuve un momento a observar el crepúsculo del día.

Apenas se notaba a lo lejos un leve destello de luz solar oculta entre aquellos altos pinos.

La brisa fría chocaba contra mi piel pero apenas la sentía, era como si todo mi ser se hubiera vuelto uno solo con el frió, mi fino vestido azul contrastaba y resaltaba con la nieve de los bordes igual que la runa negra de mi espalda de la cual no tenía ningún recuerdo, siquiera sabía si era de nacimiento, parecía una especie de marca tatuada más que de nacimiento.

Mi largo pelo húmedo aun con ese color miel, no comprendía porque después de tantos milenios en aquella fría montaña conservaba ese matiz, como aun permanecía con aquel intenso color, para mí era un total misterio pero sin importancia.

Había mucha claridad afuera y estaba tan aburrida que decidí descender un poco hasta el bosque a caminar y ver si conseguía un poco de leña para la noche, no porque necesitara el calor pero si era esencial la luz.

Recogí mi cabello en una trenza y calenté un poco de agua para asearme, después me puse unos guantes azules por protocolo mas bien, ya que al parecer era inmune a ese alto grado de frió.

Saque unas botas marrón oscuro, unos jeans negros, una franela del mismo color y un gran abrigo de leñador de cuadros rojo con negro que yo misma había hecho.

Comí unas cerezas y una manzana del estante antes de partir solo por costumbre y para sentirme más "humana" supongo, ya les contaré porque

Me dirigí al cobertizo, tome una hacha y mi mochila, mire el arco y las flechas que siempre cargaba por seguridad y pensé en llevarlos conmigo pero me dio pereza y los deje.

El bosque estaba lleno de lobos salvajes, osos y más criaturas que no eran de mi total agrado, pero nada en ese congelado bosque iba a intimidarme.

En el pasado tuve que defenderme de muchos de ellos por suerte no tuve la necesidad de matar a ninguno.

Me hubiera dolido mas a mi tener que hacer eso y a pesar de que llevaba esta maldición conmigo no podía evitar amar a cada ser viviente de esta tierra.

No necesitaba comer, ni nada de eso por lo que no tenía que cazar , por milenios eh comido en un intento por parecer "mortal" y aún lo hago pero no es algo que me haga falta, tampoco tenia la necesidad de dormir pero tenía la capacidad de hacerlo si quería, me gustaba para poder soñar, eso si lo disfrutaba mucho.

Salí de casa y caminando observaba el majestuoso bosque.

Aunque al principio no me gustaba mucho aquel lugar con el pasar de los años me fue gustando mas y mas, tenía que admitir que era un lugar hermoso en el crepúsculo de la tarde podía observar desde mi ventana aquel hermoso cielo lleno de estrellas y la aurora boreal en el horizonte.