Capítulo 3
"First morning"La noche anterior Hope había decidido que no quería cenar. Ya había tenido demasiado con tan solo conocer a aquellos tres chicos, y no tenía ganas de enfrentar a muchos más. Estaba acostumbrada a pasar hambre, por lo que para ella no era novedad oír a su estómago rugir en medio de la noche, cuando sus pensamientos le impedían dormir.
Su cama era muy cómoda y la suavidad de las sábanas era exquisita. Pero también era muy grande. Hope acostumbraba a dormir sobre el suelo, tan solo sobre una manta. Estar teniendo la oportunidad de dormir en una cama como aquella le parecía increíble, y era todo un privilegio que jamás pensó que iba a tener. Además, la sensación de culpa no dejaba de aparecer en su corazón. Odiaba saber que mientras sus tíos estaban en aquel colchón tan pequeño y destruido, ella estaba en aquella cama tan cómoda y tan grande. Deseaba poder darles esa comodidad también a ellos.
Y a pesar de aquella gran comodidad que le brindaba la cama, recién a las cuatro de la mañana pudo conciliar el sueño, cuando sus pensamientos se fueron desvaneciendo de a poco y su cerebro decidió que ya había funcionado lo suficiente por ese día.
La mañana siguiente se despertó al sentir el sol que se filtraba entre las cortinas dando en su rostro. Soltó un gruñido de frustración al darse cuenta que debería levantarse de la cama y comenzar con el día. Lo hizo en seguida y se acercó a las cortinas para abrirlas del todo, dejando que la luz inundara su cuarto.
Se dirigió a su armario y tomó el uniforme que debería de usar. Soltó un bufido con molestia al ver aquellas prendas ya que le molestaba saber que tendría que usar lo mismo que el resto de los niños ricos que asistían allí como si ella fuera una más, cuando en realidad no era así. El uniforme consistía de una falda cuadrille negra y gris, junto con una camisa blanca, una corbata violeta y un blaiser negro.
Luego de tomar una toalla, salió de su cuarto y se dirigió hasta el baño que estaba en el medio del pasillo. Al ver la puerta entreabierta supo que no había nadie, por lo que entró tranquilamente y luego cerró la puerta.
Tardó unos instantes en lograr entender como funcionaba aquella ducha, ya que nunca había usado una. En cuanto logró hacerla funcionar y obtener el agua a una temperatura lo suficientemente agradable, fue inevitable que no sonriera al sentir el calor que le brindaba el agua.
En su casa ella estaba acostumbrada a lavarse con el agua helada que conseguían, usando unos recipientes para lavarse parte por parte de su cuerpo. Aquella ducha para ella era toda una novedad y un privilegio que jamás pensó que podría tener.
Luego de lavarse bien y salir de la ducha, se colocó la toalla rodeando su cuerpo. Pero justo en el instante en que se terminó de atar el nudo de la toalla, la puerta del baño se abrió, provocando que ella soltara un pequeño grito del susto. El chico que había abierto la puerta también soltó un grito ya que el que la rubia había pegado lo había asustado.
Cualquier cosa que pudiera estar rondando por la mente de Asher desapareció al ver a Hope en el baño y cubierta tan solo por una toalla. Le fue imposible no observar cada centímetro de piel que tenía frente a sus ojos, y más imposible le fue evitar sonreír con picardía.
—Si tan solo hubiera llegado unos minutos antes podría haberme unido.
—Si no te marchas haré que te bañes sin siquiera entrar a la ducha —amenazó Hope alzando su mano derecha hacia él, apuntandolo, mientras que con su mano izquierda sostenía con fuerza la toalla contra su cuerpo, para evitar cualquier inconveniente— ¿Recuerdas como quedaste ayer? Hoy será peor.