presentaciones

9 0 0
                                    

Teo podía escuchar el ruido que emanaba de los salones por los que pasaba, las puertas estaban cerradas al igual que las ventanas pero al ser la primera hora y sin señal de los profesores todos los alumnos parecían animales, no entendía como para ser adultos, todos se comportaban como un montón de niños de primaria.

El ruido solo podría molestarlo mas si no estuviera tan acostumbrado a el, toda su vida había sido quien escucha a lo lejos y no participa en aquellas discusiones, estaba sumido en sus propios pensamientos rodeados del ruido molesto. Llego a su salón, al menos el de la primera hora, se sentó en un pupitre desocupado no muy cerca de la pizarra, pero tampoco al fondo, casi justo en el medio era un buen lugar, había aprendido que así pasaría desapercibido. aunque le parecía cómodo ser una persona invisible , a veces eso también le molestaba, el estar siempre solo consistía en escuchar sus propios pensamientos aburridos una y otra vez. El no era antipático ni nada como eso, solo era muy introvertido, la comunicación intersocioal de llenaba de ansiedad y prefería evitar aquel sentimiento. Arto de escucharse a si mismo se coloco sus audífonos y trato de concentrarse en la letra de aquella canción que ya sabia de memoria.

Con todos sus compañeros a su alrededor bajando el tono de su voz y casi como un montón de perros amaestrados tomaron sus lugares en un sincronizado ritmo, parecía ensayado. Entonces se dio cuenta de que efectivamente, como sospechaba, el profesor había entrado al salón y en cuestión de segundos, con todos en su lugar, el profesor comenzó hablar, supuso que se presentaría, al ser el primer día de clases todos esperaban tal acción tan predecible, se retiro los audífonos y apago la música de su celular casi sin moverse y en completo silencio.

- Esta será una clase diferente, puede llegar a ser divertida si me lo permiten..- y había acertado, se presentaba pero con un aire amistoso mas que autoritario. Genial otro maestro que quiere ser amigo de sus alumnos, pensó Teo.

Restándole atención a las palabras que para el parecían falsas y vacías, volteo a ver a su alrededor, solo caras nuevas, personas ordinarias, comunes y fácilmente olvidables, todo avanzaba tan lento y monótono que quiera volver a colocarse los audífonos, realmente quería que el profesor comenzara con su clase y pusiera ejercicios o lo que fuera para poder trabajar y distraerse, eso se le daba mejor. En su recorrido visual lento y atento su vista se detuvo en una persona, solo una, una compañera de cabello corto que apenas y podía hacerse una pequeña y respingada coleta, una de sus orejas, la única de la que tenia visión estaba perforada casi por completo, pero lo que realmente capto su atención fue el hecho de que llevaba puesto una mascarilla cubrebocas. ¿Para que necesitaba eso?,  ¿Estará enferma?.. ¿O solo querrá llamar la atención?, su mente se llenaba de dudas, además parecía audaz el hecho de estar sentada justo frente al profesor casi podrían verse a los ojos una vez que este tomara lugar en su escritorio, aterrador, pensó.

Aunque ella no hacia nada en especial, el no podía dejar de verla, se movía con cautela pero no parecía ser a propósito lucia natural en ella, un movimiento paciente pero constante.

Dejo de verla y planto su vista en el pizarrón, no se dio cuenta que mientras el se llenaba de dudas sobre su compañera y su mascarilla, el profesor había apuntado su nombre, el horario, algunas reglas y una lista de requisitos con porcentajes, esta seria la forma personal de revisar del profesor, todo en la pizarra, se adelanto a abrir su libreta y apuntar toda esa información, tenia algunas dudas con algunos puntos pero, al no haber puesto atención a la mayoría de cosas que el profesor había dicho, no se sentía con el derecho de cuestionar, además la ansiedad de dirigirse en voz alta al profesor frente a todos esos desconocidos lo consumía incluso de solo pensarlo, entonces decidió averiguarlo después.

-Disculpe profesor..- la chica de la mascarilla había alzado su voz y su mano a la par, ella comenzó a preguntar, las mismas preguntas que el tenia, pero no se atrevía a hacer, ella es realmente valiente, pensó ya que en realidad era la única en todo el salón que se había dirigido al profesor desde que la clase había comenzado.

El profesor con una sonrisa y voz amable le respondió cada duda, ella agradeció pero antes de que volviese a sumirse en sus apuntes el profesor la detuvo.

-Disculpa, necesito que te pongas de pie y te presentes, estaba a punto de comenzar con eso, iba a ser en orden pero pareces una buena candidata para dar el ejemplo a la clase.- Le señalo con la mano extendida y ofreciéndole otra sonrisa amistosa.

Ella, con un a mueca imperceptible debajo de su mascarilla, se levanto paulatinamente y miro al profesor atreves de los cristales que custodiaban los oscuros ojos de la joven.

-Mi nombre es Asrry..- dijo en un tono de voz sin ánimos, intento volver a sentarse, pero el profesor la detuvo una vez mas.

-Asrry.. por favor no te sientes aun, también puedes contarnos un poco mas de ti, algún pasatiempo, tu edad.. ¿algo por el estilo?- el tono de voz del profesor sonaba genuinamente interesado y como siempre amistoso. Asrry biro los ojos un poco y volvió a ponerse de pie completamente, antes de que hablara de nuevo el profesor le interrumpió,- pero no solo me lo digas a mi, dirígete a tus compañeros- y una vez mas sonrió. demasiado feliz para ser un profesor de filosofía, pensó Teo.

Asrry suspiro y se volvió a sus compañeros al lado de su pupitre, ahora podía verla, lentes, no maquillaje, ambas orejas hartas de perforaciones, ojerosa pero sus ojos se veían iluminados de alguna manera.

-Mi nombre es Asrry, tengo 19 años.. soy tipo a Rh positivo de sangre- esto hizo reír por lo bajo a sus compañeros, el profesor les pidió silencio y le hizo una seña a la joven para que continuara.-Me gusta la música en general, el polvo me molesta y no me gusta hablar de mi misma-. termino de hablar y volteo a ver el profesor, le alzo una de sus cejas e inclino su cabeza a un lado ligeramente, como diciendo, ¿ahora puedo sentarme?, el profesor solo asintió con la cabeza, Asrry por fin podía sentarse y así lo hizo.

-Muchas gracias por su participación señorita Asrry, ahora chicos vamos a empezar por este lado, misma dinámica, nombre, edad y algún dato sobre ustedes..- el profesor continuo con su actitud amistosa y relajada.

Los ojos de Teo se quedaron incrustados en la espalda de la chica y repetía en su cabeza aquellas palabras, Asrry, 19 años, música, no polvo, no hablar de ella misma, lo había resumido bastante bien en su cabeza.

El resto de la clase se paso con las presentaciones del resto de sus compañeros, el turno de Teo llego y con voz baja y ánimos por el suelo se presento.

La clase termino unos minutos después, el profesor se despidió y entonces casi automáticamente el ruido molesto y desordenado se hizo presente en el salón de clases, molesto pero no mas que el tener que hablar en voz alta. En sincronía veía a sus compañeros guardar sus cosas y hablar entre ellos, guardo las suyas y volteo al lugar de Asrry. Ya no estaba ahí, tal vez era la mas ansiosa por cambiar de clase.

Las siguientes clases parecían ser casi de lo mismo, presentaciones aburridas y monótonas de los profesores, la misma explicación del tipo de evaluación, todos muy parecidos entre si, agradeció que el resto de los profesores solo pasaron lista sin la necesidad de hacer que sus alumnos se presentaran, se dio cuenta a lo largo del día que Asrry seria su compañera en varias clases, mas no en todas.

Al pasar de algunas horas más, el día escolar había terminado y por fin eran libres de irse a casa y comenzar con el puñado de tareas que los profesores, considerablemente, habían dejado a sus alumnos aún en el primer día de clases.

Teo buscaba con la mirada a Asrry, parecía bastante escurridiza, apenas tocaba la campaña ella desaparecía, se dirigió a su auto y emprendió camino a casa, aún con la cabeza llena de dudas y curiosidad por su compañera. Paso toda la tarde pensando y pensando en ella, aunque parecía alguien que no tiene problemas para dirigirse a las personas, también le veía un aire de soledad y antipatía, durante todo ese día no la vio hablar con nadie que no fuera el profesor y pensó entonces que tal vez tenían más en común de lo que parecía.

escuchar entre lineas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora