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Capítulo 2: Adventitious

Durmió horriblemente, los sueños pre-celo siempre eran espantosos, pero este se había llevado el premio.

Jeongguk no podía creer que había soñado con meter sus huevos dentro del omega más bonito que jamás había visto. Y aunque trató de recordar al omega, solo pudo recordar su cuerpo cálido, su rostro y que era un hombre.

Desde que soñó por primera vez con él hace aproximadamente un mes, nunca antes se sintió tan alterado, pero ahora todo lo que quería hacer era encontrar desesperadamente a la musa que lo visitaba mientras dormía, la que incluso con solo unos pocos recuerdos turbios, lo tenía pensando en él todo el día.

No hace falta decir que Jeongguk quería saber si era real y, de ser así, quién era.

"Escuché que solo ves en tus sueños las caras de las personas con las que te has cruzado antes, así que tal vez ya sepas quién es". Seokjin había dicho cuando se lo contó. "Quién sabe, tal vez sea tu mecánico, el hijo de un socio comercial que una vez viste en alguna gala, incluso el lindo barista a unas calles".

Jeongguk solo suspiró y negó con la cabeza, bebiendo un poco del café que Seokjin le había traído.

"No hyung, nunca hubiera dejado ir a este omega si hubiera captado tan solo una pizca de su olor." Dijo Jeongguk, hurgando en su escritorio para distraerse de tener una erección. "Era celestial, simplemente... olía tan bien, su piel incluso tenía un ligero sabor a pera de nieve".

Seokjin, quien estaba tirado por todo el sofá de su oficina, resopló.

"Vamos, sabes que todos los hielitos Kim se han ido, y sé que el destino una vez te dijo que tu otra mitad sería 'Tan frío como la nieve', pero todos han desaparecido, e incluso si no lo estuvieran, sería casi imposible encontrar un híbrido de Kim que también sea omega". Seokjin resopló con incredulidad. Jeongguk empujó su lengua hacia el interior de su mejilla, sintiéndose molesto por las palabras del mayor. "Sabes, estoy bastante seguro de que si alguno de nuestros informantes detectara alguna pera de nieve alrededor nos lo habrían dicho de inmediato". Opinó y apoyo una mano en su hombro.

"Lo sé hyung, pero ¿y si está usando flor de dragón o supresores y es por eso que no pude olerlo?"

"Esa también es una posibilidad, así que supongo que tienes que ir a por tu café de la mañana tú mismo ahora, solo para saber si te has encontrado con el barista de tus sueños húmedos".

Jeongguk gruñó en voz alta cuando Seokjin salió disparado de su oficina con una sonrisa, llevándose el café que le había traído.

Pero tal vez su hyung tenía razón, salir tal vez podría ayudarlo a dejar de pensar en eso. Siempre podía pedirle a alguien de su personal que le trajera el café, pero sabía que probablemente todos estaban ocupados, incluso su secretaria debía estar trabajando con su agenda semanal.