¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—recuerda tu cita de mañana en el hospital, sé puntual, Shuhua. — le dijo Hoetaek cuando ambos llegaron a su apartamento.
la menor asintió.
—no dejes que tu alter tome el control en público. — recordó el hombre antes de irse.
—lo sé. — alcanzó a susurrar la taiwanesa mientras veía al doctor marcharse.
sin muchos ánimos insertó la llave y la giró, encontrándose con el que se supone que es su hogar.
Shuhua se quitó los incómodos zapatos y se quedó en calcetines, tan también retiró su abrigo dejándose en una blusa sin mangas de rayas.
se paseó por el lugar, viendo que todo estaba igual que la última vez que estuvo aquí; dos tazas de café en la mesa, dos cepillos de dientes, dos cojines en el sofá. pensó que quizá solía perder o arruinar cosas y por eso tenía el doble de ellas.
no prestándole mucha atención, Shuhua abrió lo que recordaba era su cuarto, desconcertada cuando lo primero que sus ojos captaron fue desorden.
parecía que alguien había enloquecido ahí; marcos de fotos fotos en el suelo, álbumes, espejos, un sujeta cortinas. todo hecho un caos a sus pies.
Shuhua sintió algo apretarse en su pecho cuando apreció mejor las fotos; habían personas ahí, las mismas personas en todas las imágenes.
no puedo respirar.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
