Primera carta sin destino
Querido destinatario imposible:
Nunca fui de escribir cartas, pensé que un diario era más sano, pero era lo más justo por hacer. Me pregunté el momento en el que todo empezó a decaer, ¿acaso fue que nada estuvo bien desde que mi padre murió?... Quise ignorar esa obvia respuesta, porque hubo un momento en el que no fue tan malo, cuando me encontré con esos ojos negros escondidos en esas gafas gruesas. Y pensar que todo se apagó en mi organismo en cuanto los lastimé.
Mi consciencia me exigió que te escribiera, pensé escribir todo lo que pienso de ti y lo que quisiera decirte. Es más fácil de lo que creí, y bien sabes que no soy un gran escritor, tú sí, siempre fuiste mejor y ni lo notabas. Hoy, de alguna manera, te estoy devolviendo la carta que me hiciste hace algunas semanas, donde describías nuestra historia y que temías enamorarte de mi otra vez, que por eso te ibas. Odio tu moralidad tan perfecta, te perdí por mi estupidez sin quererlo, nunca te besé... pero hubiese querido hacerlo, sin importar mi novia. Tú sí pensaste en ella y eso que solo tomé tu mano, pero tú veías por los dos, sabías que no fue algo inocente. Lo supe al decirte en nuestras noches de insomnio, que eras el amor de mi vida, y que a los 34 nos casaríamos. No me creíste.
¿Qué pienso de ti?
Te amo, a pesar de todas las peleas que tuvimos estos tres años. Me gustaba mucho verte escuchar música fuera del salón de clases, eres extraordinaria, siempre me aconsejaste lo mejor y eras amable conmigo, incluso después de todas las cosas crueles que te dije. Daría lo que fuera por tenerte de vuelta en mi vida, escuchar tus audios obligándome a ver tus series o películas favoritas. Me siento como un imbécil, porque tengo miedo de ver una de tus peticiones de despedida. Eso, junto a una playlist que me dedicaste —que tampoco soy capaz de escuchar aún—, imaginarte sola y dedicándome canciones hace que quiera renunciar a todo por ti. Nunca conocí a alguien como tú y no te merezco.
No puedo dejar a mi novia, a pesar de todo lo que siento por ti... por las dos. Nunca había tenido tanto tiempo en una relación, casi dos años, no me gustaría volver a estar solo. Dices que te salude si te veo por la calle, pero me da miedo, así que espero no hacerlo.
Eres parte de mi alma, Lu. Diste inicio a algo que no pude controlar, fuiste el inicio y el fin de mi mundo. Ahora solo estoy en un limbo.
Gracias por amarme así
Samuel.
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El fin de mi mundo
Teen FictionMe acostumbré a no llorar ante las perdidas. Mi padre, amigos, novias... Ella fue la excepción. Me alejó por medio de una carta, sin advertencias y con peticiones. Ojalá no hubiese sido mi culpa.