Nieve en primavera

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Pienso en las palabras de madre mientras coso los últimos detalles de los vestidos de dama de honor para la boda de Margaret, madre siempre se ha preocupado por esa lectura de futuro, nunca ha aceptado propuestas venidas de otro lugar que no sea el pueblo o de un desconocido, Margaret es la única de las tres que se va a casar con un francés y porque este fue tan insistente que no le dejó otra opción que aceptarlo como marido para su hija, "Eleanor... ¿puedo contarte un secreto? deseo ser madre como Alice, quiero tener muchos hijos, tantos que pueda abrir una escuela para que quepan todos, pero no quiero casarme con un hombre al que no amo, Eleanor... ¿me esconderías si huyera de él cuando me quede en cinta?" recuerdo las lagrimas de mi hermana por ser obligada a casarse, conoció a Gilbert una mañana paseando a los niños de su clase, según ella, clase de campo, era un joven soldado de 17 años como los tenia Margaret en aquella época, se toparon de casualidad cuando recogían flores y hacían coronas, el chico se quedó prendado de la hermosa "princesa" de ojos caramelo que jugaba con niños de cinco años en un prado por el que el pasaba, no se rindió hasta que consiguió su mano aun si era a la fuerza. Christine entra al taller sacándome de mis pensamientos, levanta la cesta de comida invitándome a salir y tomar un descanso, dejo las cosas en su lugar aceptando con una sonrisa mientras me levanto saliendo por la puerta de atrás, estaba tan distraída que no me había dado cuenta de lo tarde que era, posiblemente ya son las tres de la tarde, detrás de la tienda hay un pequeño sendero que da a un prado tranquilo y abierto donde colocamos un mantel en el suelo sentándonos a comer mientras disfrutamos del cálido sol que nos abraza.

-¿Os encontráis bien? Hoy parecéis distraída... -Asiento sin dejar de comer, me muero de hambre y aquí nadie puede vernos, no debo sentir pudor por mi comportamiento. - Ya quedan unos días para la boda ¿Estáis nerviosa?

-No soy yo quien se casa -Me tumbo mirando el cielo suspirando, por un segundo siento el olor a roble y pienso en que hoy no he visto a Christopher en lo que llevo de día, no se si sentirme feliz por ello o ir a buscarlo para pelearme un poco con él, le cojo gusto.

-¿Creéis que ese hombre esta enamorado de vos? He oído que ronda los mismos lugares que vos... -Mi amiga me mira como si hubiera adivinado que pensaba en Rex, aguanto una arcada sentándome para mirarla con seriedad.

-Creo que ese hombre es un chiflado, vive en un estercolero en ruinas y su hijo debería ser llevado a un orfanato, estoy segura que allí viviría mil veces mejor que en ese lugar horrible -Christine se empieza a reír con mis ocurrencias y la seriedad con las que las suelto, hablo en serio pero opto por reír con ella antes que quedar como una mala persona por juzgar la forma en que vive ese hombre.

-Dijo que estaba destinado a casarse con vos. -Las risas cesan y nos miramos con la cara seria, me alegro que me lo haya dicho aunque no es muy diferente a lo que me había dicho madre la noche anterior. -¿Eleanor que vais a hacer?

-Christopher puede seguir soñando, no me enamoraré de ese hombre y mucho menos me casaré con él -Miro a mi amiga con seguridad y ella me regala una sonrisa, se que me apoyara haga lo que haga y me hace feliz que ampare mis ideas modernas, aunque se que ella cree en destinos y amores de poesía.

El día avanza tranquilo, ya me encuentro en mi cuarto encendiendo una vela para no quedarme a oscuras mientras escribo una carta para padre, le cuento los encuentros con ese hombre y en como no me dejo llevar por su irresistible aura, se que se sentirá orgulloso cuando lea que su niña sigue siendo la misma pequeña terca e inamovible de ideas claras de siempre que no necesita a un ser superior para vivir, "todos somos iguales" dijo una vez padre cuando me llevó a uno de sus viajes. Me miro en el espejo pensando en que más contarle sobre estos meses en que se ha ausentado y sin querer pienso en Christopher, no puedo evitar sentirme algo decepcionada, una parte de mi esperaba verlo aunque fuera una vez y otra deseaba humillarlo un poco mas, le he cogido gusto a rechazarlo como si no valiera nada, eso no se lo digo a padre, no son las ideas que el me ha inculcado y se que se decepcionará cuando se entere, pero no tiene porque hacerlo.

EleanorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora