Concédeme este baile

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Salgo del cuarto encontrándome con la mesa puesta, White carga la comida colocándola de forma adorable en dos platos uno en frente del otro, además de no hablar tampoco come por lo que veo, pero parece un buen cocinero, aparto la mirada cuando se encuentran mis ojos con los suyos, siempre me pone muy nerviosa, siento su mano tirando de mi falda indicándome con un gesto del dedo que Christopher se encuentra afuera, ya ha caído la noche y me preocupa la pelea que hemos tenido al medio día, me la he pasado lamentándome hasta que me ha entrado hambre con la esperanza de encontrarlo en casa cuando saliera. Bajo la mirada saliendo por la puerta trasera, ya la ha arreglado, ni siquiera ha hecho ruido.

-Magia... -Sonrió entornando los ojos para intentar identificar las sombras de la noche, vislumbro una tenue luz a unos metros de la casa acercándome mientras miro el suelo intentando no tropezar con algo en mi intento de llegar al lugar. 

Veo a Christopher sentado en la hierba partiendo palitos iluminado por la luz suave de un fuego fatuo de esos, me siento a su lado mirándolo con una sonrisa, me devuelve la mirada de reojo apartándola al ver que soy yo, no esperaba que fuera tras el, pero hasta ahora hemos tenido un tira y afloja muy empatado, los dos sabemos que no podemos alejarnos para siempre el uno del otro, suspira jugueteando con la ramita, ya no está enfadado pero si se siente afligido y me duele ser la culpable de ello.

-Mueres... y la culpa es mía... -Exhalo profundamente, ya me olía que seria por algo parecido todo apuntaba a ese hecho.

-Lo suponía. -Asiente cruzando las piernas para estar más cómodo, parece un niño cuando me mira iluminado por esa luz tan débil que nos envuelve.

-No he sido completamente sincero contigo... La muerte es algo que tienes escrito este yo o no... -Acaricio su mejilla sin cambiar mi expresión tranquila, no quiero arruinar el momento con mis explosiones de rabietas infantiles.

-Entonces... ¿Por que es tu culpa? Si te quitas del camino y sigue pasando... ¿Por que crees que eres tu? -Besa mi mano entrelazando sus dedos con los míos, esta calentándome la mano aunque hace calor mis manos siempre se enfrían cuando llega la noche, la temperatura ambiente baja un poco y me afecta.

-Intenté cambiarlo saliendo con otras mujeres, pero cuando iba a comprobar el cambio te veía morir una y otra vez, la forma es diferente... pero la causa sigo siendo yo... indirectamente o directamente yo hacia algo que te terminaba arrastrando a morir... aun si no estaba en el país... pensé que si debías hacerlo preferiría cambiarme el lugar contigo. -Por eso vino, tiene intención de salvarme cueste lo que cueste, sabia que no aceptaría estar encerrada en una burbuja y por eso su plan principal era dejar que pasara y cambiar una vida por otra, me levanto viendo pasar cada cosa que he vivido con el, todas las neblinas se despejan aclarándome todo, quiere morir en mi lugar y la única forma es estando en mi vida.

-¿De verdad crees que sacrificare tu vida por salvar la mía? -Se levanta cogiéndome de la cintura para que no me aleje, esta oscuro y la luz es demasiado tenue para ver algo. -No me toques...

-Eleanor... puedo salvarte... -Lo aparto de mi cerrando el puño en mi pecho cuanto mas descubro mas me arrepiento de dejarme llevar por el.

-¡A costa de tu vida! -Le doy la espalda siendo abrazada por sus fuertes brazos, no me deja zafarme del agarre y pataleo gritando cuando me levanta del suelo.

-¡Cálmate! aun puedo encontrar una solución antes de que llegue el momento... -Relajo el cuerpo propinándole un bofetón cuando me suelta, no confió en su palabra, lo he visto muy convencido de morir por mi. -De todas las veces que me has abofeteado, creo que esta es la que menos me merezco... 

-Da igual lo que tu creas Christopher, deja de actuar sin tener en cuenta mis deseos y más cuando actúas sobre mi propia vida, no puedes controlarlo todo, ¡No puedes controlarme a mi! -Me sujeta del brazo cuando intento irme, no quiero pasar un segundo mas a su lado pero esta vez esta dispuesto a no dejarme ir.

-¿Por qué eres así? Te digo que vas a morir y actúas como si ni siquiera te diera miedo hacerlo, no hago más que esforzarme para que todo pase como debe pasar y cambiar el momento clave pero tu lo pones muy difícil... no quiero que me dejes solo... -Me deshago del agarre de un tirón mirándolo con el pecho levantado, ¿Yo lo pongo difícil? El es un dolor de cabeza.

-Prefieres dejarme a mi sola, cuando llegue ese momento moriré como está escrito. -Pienso en mi familia y en el tiempo que me queda, no quiero preguntarle cuanto me queda y me hago a la idea de como moriré, me paso las manos por la cabeza, todo me asusta pero no puedo temerle a algo que al final le pasa a todos. 

-Eleanor. -Christopher respira hondo relajándose mientras extiende su mano en mi dirección, su postura firme me pone alerta, con el paso del odio al amor y del amor a no saber lo que sentir en cuestión de segundo, no se que planea hacer ahora y temo por mi paz mental. -Concédeme este baile.

Me quedo inmóvil considerando su propuesta, no viene para nada a cuento y es repentino, el aire mueve su pelo bajo la luz azul cuando oigo un violín obligándome a mirar en dirección del sonido para encontrarme con la figura brillante del familiar, brilla en la oscuridad, como no y además de cocinar sabe tocar el violín, no puede hablar pero todo lo demás te lo clava, Christopher da un paso en mi dirección esperando mi respuesta, dudo al alargar mi mano tomando la suya, me siento confundida con el cambio de ambiente y ni siquiera se en que momento ha venido ese niño, como si estuviera planeado, me aparto dándome cuenta que es otro de sus controles pero me aprieta contra el susurrándome al oído.

-No es lo que crees... estoy conectado a mi familiar y solo lo he invocado con el pensamiento, baila conmigo y relájate... -Dejo que me guie desapareciendo el fuego fatuo, no entiendo que esta pensando, no puede decirme que quiere morir en mi lugar y luego obligarme a bailar como si no hubiéramos estado peleando hace un segundo.

-No veo nada... -Sisea en la oscuridad haciéndome girar y en el momento que me tiene apartada el suelo se ilumina viendo su sonrisa antes de darme otra vuelta volviendo a pegarme a el. -¿Que estas haciendo...?

-Solo déjate llevar, debo estar concentrado. -Del suelo empiezan a brotar hermosas flores blancas que desprenden una luz tan pura que invade mi corazón. -¿Como te sientes?

-Es como estar soñando... -Vuelve a girarme colocándome de forma horizontal, mi pelo acaricia las flores rodeándole un aura que se desprende cuando me levanta, no puedo dejar de mirar los azules ojos de Christopher, me esta embrujando. 

-Se llama danza de la dicha, una característica de mi poblado. -Siento las flores acariciando mis tobillos mientras me mueve de un lado a otro al son de la música, la furia que sentía hace nada desaparece haciendo honor al nombre de la danza.

-¿Para que sirve exactamente? -Se ríe poniéndome de espaldas a el en un movimiento mientras me besa el cuello y susurra a mi oído.

-Contigo me hubiera servido para enamorarte... aunque ahora lo usaré para que todo lo que sabes no afecte en tu sueño, ¿Sientes como la emoción de la felicidad sube desde tus pies hasta la cabeza? -Mas que felicidad es otra cosa lo que me hace sentir ahora mismo.

-¿Quien te ha dicho que yo este enamorada de vos? -Me da la vuelta cogiéndome en brazos para tumbarme en la hierba que se apaga acto seguido desapareciendo también las flores.

-Acabas de confirmarlo hablándome de vos. -Me cubro la boca sonrojándome, el sonido del violín cesa y la oscuridad se cierne sobre nosotros.

-No es verdad... 

-Volverás a bajar la guardia y se te escapara, cuando lo hagas... seremos uno con el universo. -Me rio apartándolo para ponerme encima, sabe que no soy muy espiritual y que a duras penas he llegado a creerle.

-No te pases con tus frases de seducción. -Aparta un mechón de mi pelo acariciando mi mejilla.

-Creí que quedaba bien decirlo así, no te hubiera gustado que te hubiera dicho que tenia intención de celebrarlo metiéndome en tu interior. -Se carcajea al ver mi cara roja como un tomate, que poca sutileza tiene para ser un seductor.

Me siento abrazándome a mis rodillas y Christopher se sienta abrazándome mirando las estrellas, acaricio su mano besando su mejilla para susurrarle al oído "Estoy enamorada de vos" pero no cumple con lo que acaba de decir en su lugar me mira acariciando mis labios antes de besarme con toda la delicadeza del mundo, siento su lengua entrelazarse con la mía y me tumba en el suelo sin dejar de abrazarme, como si ese momento pudiera durar para siempre.

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⏰ Última actualización: Dec 23, 2020 ⏰

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