Un Amor ¿Fallido? I

VII

Encendí mi tablet para mirar la hora por quinta vez y estaban a punto de ser las ocho... comenzaba a preocuparme y debido a la preocupación también estaba desesperado.

Hace ya un buen tiempo que fui a la tienda para comprar las bolsas de palomitas pero aún no las había hecho, pues no sabía a que ora llegaría Erick y no quería que se hicieran feas por si llegaba muy tarde, que claramente es el caso.

Me acosté en mi cama y abrí mi aplicación de lectura donde se encuentra la historia que estoy leyendo y que no he podido terminar, ya solo me falta el último capítulo y solo espero que me guste mucho porque hasta ahorita no me ha decepcionado en lo más mínimo.

Pero cuando intento leer mejor dejo de hacerlo porque no logro concentrarme y eso está haciendo que no disfrute de mi lectura por estar pensando en cosas... y esas cosas tienen nombre.

Erick y Eduardo.

Tengo tiempo que me siento confundido respecto a Erick, sus acciones, sus sonrisas, cuando revuelve mi cabello, cuando me abraza... todo me hace sentir de maravilla, cuando lo hace los nervios comienzan a carcomer todo mi interior, mi corazón retumba y parece que va a estallar y mi rostro se pone muy caliente, lo cual me avergüenza mucho porque yo soy muy blanco y se nota muchísimo cuando me sonrojo.

Lo extraño es que no parece darse cuenta o al menos actúa como si no se diera cuenta de eso, lo peor de todo es que tampoco se detiene y aún así sigue haciéndolo.

Por otro lado, Eduardo me confunde un poco, conmigo siempre ha sido cariñoso, amable y atento, pero tiene tiempo que es demasiado cercano a mí y no me molesta en realidad sino que no entiendo el porque y me gustaría mucho saberlo.

He estado pensando mucho en lo que Louis me dijo el otro día y creo saber un poco a que se refería... y puede que sea que, como él también ve como es Eduardo conmigo quiera decir que le gusto, pero rechazo esa idea al instante porque es demasiado estúpido pensar que yo pueda llegar a gustarle a Eduardo.

Él es mi amigo desde hace 2 años, nos hemos llevado super bien siempre, nunca hemos tenido una sola discusión y es todo un amor de persona, además que cuando de recién lo conocí estaba enamorado de una chica que vive en La Arboleda, pero me dijo que solo fue un enamoramiento vacacional y que ni siquiera le dijo nada, eso a mi parecer es que Eduardo es heterosexual y que no le gustan los hombres, así que creo imposible que yo le guste.

Quizá actúa así conmigo porque me quiere mucho, yo soy muy cariñoso con mis amigos, los abrazo, les hago cumplidos o esas cosas... así que no, me niego a creer esa tonteria.

Todos estos sentimientos que me causan ellos dos están haciendo que me debane los sesos, es mucho para mí y a veces siento que mi corazón va a estallar de tanto.

Pero es que tampoco puedo aceptar ninguno de los dos sentimientos, el creer estar enamorado de Erick y el creer que yo pueda gustarle a Eduardo, ambas son ideas tontas que a mi parecer no tienen pies ni cabeza y, que soy consiente que eso es tomar un riesgo en el que yo soy quien va a salir perdiendo...

Escucho como tocan a la puerta y mi primer pensamiento es que por fin ha llegado Erick, lo cual ayuda a mi menta a alejarme de esos pensamientos pero a la vez alterandolos más.

Me acerco a la puerta y cuando la abro él se encuentra ahí, me regala una de esas sonrisas que me hacen sentir mil cosas.

—Llegué al fin y traje la película —dijo agitando la cajita de plástico en su mano derecha que contenía el DVD.

—Casi pensé que ya no vendrías Erick —dije fingiendo molestia.

—Lo sé perdón, incluso pensé que ya no querrías verme —dijo agachando la mirada.