CHICA DEL ROCIO DE LA MAÑANA

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(Piso 22 de Aincrad, Octubre 2024)

PARTE 1

Asuna siempre ha puesto su despertador a las 7:50.
Si preguntaran por qué es a una hora tan vaga, es porque el despertador de Kirito
suena justo a las 8. Despertar 10 minutos antes y mirarlo, durmiendo a su lado
mientras ella sigue en la cama, es un pasatiempo de ella.
Esta mañana, Asuna despertó una vez más con el suave sonido de los
instrumentos de viento de madera y continuó acostada, viendo el rostro dormido
de Kirito mientras descansaba su cabeza en sus manos.
Ella se enamoró hace medio año. Se volvieron compañeros hace dos semanas. Y
solo habían pasado seis días desde que se casaron y se mudaron aquí, dentro del
bosque del piso 22. A pesar de ser lo que más quería, sin duda seguía en la
oscuridad sobre muchas cosas relacionadas con Kirito. Para empezar, mientras
miraba su rostro dormido, gradualmente se volvió menos segura de su edad.
Hace un tiempo, debido a su naturaleza indiferente y distante, ella había pensado
que él debía ser un poco mayor que ella. Sin embargo, la visión de Kirito,
profundamente dormido, emitía una inocencia tan ingenua, que solo podía parecer
un joven, no mayor que ella.
Preguntar algo así como su edad probablemente…no sería un problema. Sin
embargo, hablar de asuntos del mundo real era mal visto, y además, los dos ya
eran marido y mujer. En lugar de la edad, reunirse de nuevo después de volver al
mundo real, intercambiar información de nombres reales y direcciones a detalles
de contactos, sería mucho más confiable.
Sin embargo, Asuna no era capaz de animarse a decirlo en voz alta.
Ella tenía miedo de que después de hablar de asuntos del mundo real, esta “vida
de casados” se sentiría como nada más que un producto endeble de su
imaginación. Para la actual Asuna, su única y más importante realidad, eran estos
días apacibles en esta cabaña, incluso si se volvía imposible escapar de este
mundo, con sus cuerpos reales recibiendo a la muerte, todavía estaría satisfecha,
al ser capaz de seguir viviendo de esta manera hasta el final, falleciendo sin
remordimientos.
Por eso no iba a despertar de este sueño todavía…pensando así, Asuna estiró
suavemente su mano y acarició el rostro dormido de Kirito.
Aún así, sin duda era un rostro dormido infantil.
Ciertamente no había ninguna necesidad de dudar de la fuerza de Kirito en ese
momento. La extraordinaria cantidad de experiencia acumulada por jugar durante
el periodo de prueba beta, así como las estadísticas numéricas adquiridas a través
de la lucha continua, y usarlos efectivamente, su juicio y determinación. Podría
haber perdido ante el líder de los Knights of Blood, Heathcliff “Espada Sagrada”,
pero Kirito era el jugador más fuerte que Asuna conocía. Sin importar lo sombrío
que podría volverse el campo de batalla, nunca se sentiría nerviosa con él a su
lado.
Sin embargo, mientras miraba a Kirito acostado, de alguna manera, la sensación
de que él era como un hermano pequeño ingenuo y frágil hirvió en su interior,
luchando para salir de su pecho. La sensación de que debía protegerlo.
Respirando suavemente, Asuna se inclinó, cubriendo el cuerpo de Kirito con su
brazo. Ella susurró suavemente.
-Kirito-kun…te amo. Quédate conmigo para siempre, ¿de acuerdo?
En ese momento, Kirito tembló ligeramente, abriendo lentamente sus párpados. El
par intercambió una mirada, con sus rostros uno frente al otro.
-¡¡Waa!!
Asuna retrocedió frenéticamente. Cambiando a una postura arrodillada en la cama,
habló mientras su cara se ruborizaba.
-B-buenos días, Kirito-kun… ¿Escuchaste…lo de hace un momento…?
-Buenos días. Hace un momento…eh, ¿pasó algo?
Frente a Kirito, que se levantó y respondió mientras ahogaba un bostezo, Asuna
agitó violentamente sus manos alrededor.
-¡N-no, no pasó nada!
Al terminar un desayuno de huevos fritos con pan de centeno, ensalada y café, y
acomodar la mesa en un par de segundos, Asuna dio un aplauso.
¡Bueno! ¿Dónde iremos a jugar hoy?
-Oh, tú.
Y Kirito reveló una sonrisa irónica.
-No hables de algo así tan francamente.
-Pero todos los días han sido tan divertidos, sabes.
Estos eran los pensamientos puros y verdaderos de Asuna.
Solo pensarlo trajo recuerdos dolorosos, pero durante el año y medio, desde el
momento en que se convirtió en prisionera de SAO hasta cuando se enamoró de
Kirito, Asuna había forjado y endurecido su corazón.
Sacrificando el sueño para fortalecer los niveles de sus habilidades, ser elegida
como la sub-líder del gremio de avanzada, Knights of the Blood, ella había entrado
en los laberintos a un ritmo lo bastante rápido para causar que incluso los
miembros renunciaran a veces.
Todo lo que había en su corazón era solo completar el juego y escapar, por lo
tanto, concluyó que todas las demás actividades no relacionadas con esa causa
eran inútiles.
Con esos pensamientos corriendo por su mente, Asuna no pudo evitar lamentar
no ser capaz de aventurarse con Kirito antes. Los días después de conocerlo
fueron tan vibrantes, tan llenos de sorpresas que superaron incluso su vida previa
en el mundo real. Si era con él, todo el tiempo pasado aquí podría considerarse
experiencias raras.
Por eso para Asuna, finalmente ser capaz de tener un día en que pudieran pasar
el tiempo los dos juntos, cada segundo podía ser considerado como una joya
preciosa en sí mismo. Ella quería ir, como pareja, a más y más lugares, y hablar
de muchos temas diferentes.
Asuna puso sus manos en su cintura y habló haciendo pucheros.
-¿Entonces no quieres ir a algún lugar a jugar, Kirito-kun?
En respuesta a eso, Kirito sonrió ampliamente y agitó su mano izquierda, llamando
un mapa. Cambiándolo a su modo visible, se lo presentó a Asuna. Mostraba la
disposición de los bosques y lagos de ese nivel.
-Justo aquí.
Lo que señaló fue un rincón de un bosque, no muy lejos de su casa.
Al ser uno de los pisos inferiores, el piso 22 era naturalmente bastante amplio. El
diámetro de toda la zona probablemente tenía más de 8 km de largo. Había un
gigantesco lago en el centro y en la costa sur yacía la ciudad principal, la Aldea
“Coral”. En la costa norte estaba el laberinto. El resto de la zona estaba cubierta
por un hermoso bosque de coníferas. La pequeña casa perteneciente a Asuna y
Kirito se encontraba en un área en el extremo sur del piso, y lo que Kirito señalaba
actualmente estaba al noreste, a unos dos kilómetros.
-Bueno, se trata de un rumor que escuché en la aldea ayer…En esta parte, donde
el bosque se vuelve más espeso…“Eso” parece salir.
-¿Ah?
Ante Kirito que sonreía sutilmente, Asuna respondió con duda.
-¿Qué cosa?
-…Un fantasma.
Quedándose sin palabras por un momento, Asuna preguntó tímidamente.
-…Es decir, ¿un monstruo del tipo Astral? ¿Algo como un espectro o un alma en
pena?
-No, uno real. Un jugador…es decir, un espíritu humano. Aparentemente una
mujer.
-Ahh…
Asuna jadeó involuntariamente. Con temas como este, Asuna confiaba en ser
afectada peor que una persona promedio. Ella era lo bastante mala con esto para
pensar en razones aleatorias para escabullirse de la limpieza del laberinto del
antiguo castillo, que se extendía sobre los pisos 55 y 56, conocido por su temática
de horror.
-P-pero ya sabes, este es el mundo virtual de un juego. Algo como…la aparición
de un fantasma, algo como eso nunca podría suceder.
Obligándose a mantener su sonrisa, ella comenzó a protestar con vehemencia.
-Me pregunto qué tan cierto es eso…
Pero Kirito, que sabía que Asuna era débil contra los fantasmas, pasó con
entusiasmo a la ofensiva.
Por ejemplo…Un jugador que murió con remordimientos pendientes, con el Nerve
Gear todavía puesto y encendido…vagando por el campo, noche tras noche…
-¡Deja e…!
-Wahaha, perdón por eso, solo era una broma de mal gusto. Bueno, dudo que un
espíritu realmente aparezca, pero si vamos a alguna parte, es mejor ir a un lugar
con una mayor probabilidad de que ocurra algo interesante, ¿verdad?
-Ahhh…
Curvando sus labios en un puchero, Asuna movió su vista fuera de la ventana.
A pesar que de ya se acercaba el invierno, el clima sin duda estaba bien. La luz
del sol parecía cálida y suave, cayendo sobre el césped del jardín. El momento
más inadecuado para eventos como la aparición de un fantasma. Debido a la
forma de la estructura de Aincrad, aunque era imposible ver el sol directamente
excepto durante la mañana y al atardecer, gracias a la adecuada iluminación
ambiental, el campo estaba vívidamente iluminado.
Asuna se volvió hacia Kirito y contestó, con la cabeza en alto.
-Muy bien, vamos. Para probar que no hay forma de que realmente pueda existir
algo así como un fantasma.
-Y eso es todo…Si no lo encontramos hoy, iremos en medio de la noche la
próxima vez, ¿cierto?
-¡¡De ninguna manera!!…No haré nada de comida para un abusivo así.
-Gah, olvida eso. No escuchaste nada.
Dándole a Kirito una mueca final, Asuna reveló una sonrisa y se rió.
-Bueno, terminemos los preparativos. Voy a asar el pescado, así que Kirito-kun,
corta el pan, ¿de acuerdo?
Después de llenar rápidamente una caja de comida con hamburguesas de
pescado, eran las nueve de la mañana cuando salieron de la casa.
Al pisar el césped en el jardín, Asuna se volvió hacia Kirito y habló.
-Hey, déjame montar en tus hombros.
-¿¡Dejarte subir a mis hombros!?
Kirito respondió ruidosamente, regresando la pregunta.
Sabes, siempre ver desde la misma altura se vuelve aburrido. Debería ser un
trozo de pastel con tu estadística de fuerza física, ¿verdad, Kirito-kun?
-Bueno, eso puede ser cierto…Cielos, cuántos años tienes…
-¡La edad no tiene nada que ver con eso! ¿No está bien? No es como si alguien
esté viendo.
-E-está bien, supongo…
Sorprendido, Kirito se agachó y le dio la espalda a Asuna sacudiendo la cabeza.
Después de levantar su falda, ella subió sus piernas sobre sus hombros.
-Aquí vamos. Pero me aseguraré de golpearte si miras hacia atrás, bien.
-¿No estás siendo irrazonable…?
Quejándose de la situación, Kirito se levantó ágilmente, resultando en una
elevación inmediata en el punto de vista.
-¡Waa! ¡Mira, incluso se puede ver el lago desde aquí!
-¡¡Yo no puedo verlo!!
-Entonces yo también lo haré por ti más tarde.
-…
Colocando sus manos en la cabeza de Kirito, que se tambaleó por el agotamiento
por los eventos actuales, Asuna habló.
-¡Vamos, es hora de partir! ¡Pon rumbo al norte por el noreste!
Riendo alegremente a bordo de los hombros de Kirito, que avanzaba con paso
firme, Asuna fue capaz de comprender lo precioso que eran estos días al ser
capaces de vivir juntos. Ella sinceramente podía creer que este era el tiempo en el
que se había sentido más “viva” en los diecisiete años de su vida.
Paseando por el camino; bueno, Kirito era el único que en realidad se estaba
esforzando, pero…Después de unos diez minutos, uno de los numerosos lagos
que salpicaban el piso 22 finalmente apareció a la vista. Quizás tentados por el
suave clima, ya había varios jugadores que estaban allí desde la mañana,
lanzando en el lago, los señuelos colgaban en el agua. El camino rodeó el lago,
colina arriba, a bastante distancia de la orilla. Pero a medida que se acercaban,
los jugadores que se dieron cuenta se volvieron hacia ellos y los saludaron.
Parecía que todos los que veían les sonreían y algunos incluso se reían en voz
alta.
-… ¡¡Esto no es como si nadie viera para nada!!
-Ahaha, así que había gente por aquí…Hey, Kirito-kun, devuélveles el saludo
también.
-De ninguna manera haré eso.
A pesar de sus quejas, Kirito no mostró señales de querer bajar a Asuna. Ella
entendió que en realidad estaba divirtiéndose por el giro de los eventos.
El camino pronto se inclinó hacia abajo, hacia la derecha, en dirección a lo
profundo del bosque. Deslizándose a través del espacio entre los enormes árboles
de coníferas que parecían cedros, elevándose sobre todo lo demás, pasearon
ligeramente. El susurro de las hojas, el murmullo de un pequeño arroyo, el canto
de los pajarillos. Todos esos sonidos sirvieron como complemento para el paisaje
del bosque, teñido en los colores del otoño.
Asuna volvió sus ojos hacia las copas de los árboles, que estaban más cerca de lo
habitual.
-Los árboles sin duda son grandes…Oye, ¿crees que se puede subir a ellos…?
-Hm…mm…
En respuesta a la pregunta de Asuna, Kirito lo pensó por un momento.
-Probablemente está dentro de los límites del sistema… ¿Quieres probar?
-Nah, dejemos eso para la próxima vez…Ahora que pienso en escalar…
Asuna estiró su cuerpo todavía montada sobre los hombros de Kirito y miró hacia
el borde exterior de Aincrad a través de los espacios entre los árboles.
-Esas cosas alrededor del borde, los que parecen soportes, están conectados
hasta el siguiente piso, ¿verdad? Me pregunto… ¿qué pasaría si los escalamos?
-Ah, lo intenté antes.
-¿¡Ehh!?
Doblando su cuerpo, Asuna se volvió y miró a Kirito.
-¿Por qué no me invitaste también?
Bueno, fue cuando no nos conocíamos tan bien todavía.
-Qué, eso es solo porque seguías huyendo Kirito-kun.
-… ¿D-de verdad hacía eso?
-Así es. Siempre traté de invitarte, pero ni siquiera estabas dispuesto a
acompañarme a tomar el té.
-E-Eso es…B-bueno, dejando eso de lado.
Dirigiendo la conversación que había comenzado a tomar un giro extraño de
nuevo al tema original, Kirito continuó.
-Si juzgaras basado solamente en los resultados, fue un fracaso. Escalar por las
partes donde las rocas estaban más accidentadas fue sorprendentemente fácil,
pero después de subir unos ochenta metros, apareció un mensaje de error que
decía “No se puede ir más allá de esta área, y me fastidió.
-Ahaha, así que como era de esperar, hacer trampa no funciona, eh.
-No es asunto de risa. Mis manos se deslizaron por la sorpresa y caí
magníficamente…
-¿¡E-eh!? ¿No morirías normalmente por algo así?
-Sí. Pensé que estaba acabado. Si me hubiera tardado otros tres segundos con
ese Cristal de Teletransporte, me habría convertido en un nuevo recluta en la lista
de jugadores muertos en acción.
-Cielos, eso fue peligroso. Asegúrate de no repetirlo, ¿de acuerdo?
-¡Eso es lo que quería decir!
Paseando mientras conversaban sin sentido, el bosque gradualmente se volvió
más denso. Incluso los gritos de las elusivas aves alrededor, así como la luz del
sol que se filtraba a través de las copas de los árboles, comenzaron a
desvanecerse.
Mientras Asuna miraba a su alrededor una vez más, le hizo una pregunta a Kirito.
-Oye…ese lugar de ese rumor, ¿por dónde es?
-Bueno, es…
Kirito agitó su mano, comprobando su rumbo en el mapa.
Ah, estamos bastante cerca. Llegaremos en unos minutos.
-Hmm…Oye, sobre este caso, ¿había algún detalle al respecto?
Ella realmente no quería oír sobre ello, pero no saber nada la ponía igual de
incómoda, instándola a preguntar.
-Bueno, hace alrededor de una semana, un jugador artesano de madera
(carpintero) parece haber venido por aquí para recoger algunos troncos. La
madera que se puede obtener en este bosque es de una calidad bastante buena,
y mientras el jugador estaba absorto en la tarea, se hizo de noche…El jugador se
apresuró a regresar, pero cubierto por la sombra de los árboles…hubo una visión
fugaz de blanco.
-…
Este ya era el límite para Asuna, pero Kirito continuó sin piedad.
-El jugador se puso nervioso pensando que era un monstruo, pero aparentemente,
no era eso. Era un humano, o más bien, una niña, como el jugador había
mencionado. Pelo largo y negro con ropas blancas. Caminando lentamente hacia
un grupo de árboles. Si no era un monstruo, solo podía ser una jugadora, eso
pensó él, mirándola.
-…
-…No había un cursor.
-Ee…
Un grito suave salió involuntariamente de la garganta de Asuna.
-No hay manera de que eso sea posible. A pesar de pensar eso, el jugador se
acercó. E incluso la llamó. Al hacerlo, la niña detuvo todos sus movimientos…y
lentamente se volvió hacia él…
-E-e-eso es s-su…
-Entonces, el jugador finalmente se dio cuenta. La niña, mientras la luz de la luna
brillaba sobre su ropa blanca, los árboles a su lado…podían verse a través de ella.
-¡¡……!!
Ahogando un grito, Asuna agarró el cabello de Kirito con fuerza.
Es mi final si se da la vuelta, eso pensó y escapó. Después de finalmente alejarse
lo suficiente para ver la luz de la aldea, pensó que estaba a salvo y se
detuvo…silbando, se volvió para mirar atrás…
-¿¡……h!?
-Y no había nadie allí. Y vivió feliz para siempre.
-¡¡…K-Ki-Kirito-kun, idiota…!!
Saltando de sus hombros, Asuna levantó su puño, preparándose seriamente para
soltar un puñetazo sobre su espalda…en ese preciso momento…
En lo más profundo del bosque, sombrío a pesar de todavía ser mediodía, a cierta
distancia de los dos, algo blanco los miró desde el costado del tronco de un árbol
de coníferas.
Asaltada por un aura siniestra, Asuna se congeló por el miedo. Incluso si no era
tanta como la de Kirito, las habilidades de percepción de Asuna también estaban
bastante refinadas por la experiencia. Alternando pasivamente el uso de la
habilidad, ella podía mejorar la claridad de cualquier cosa en lo que se centrara.
Algo blanco parecía estar ondeando al viento; no era una planta, tampoco una
roca, sino un trapo. O para decirlo más precisamente, se trataba de un vestido de
una sola pieza con líneas definidas. Saliendo del borde, había dos…piernas
delgadas y largas.
La niña estaba quieta. Casi como Kirito había descrito, era una niña vestida con un
vestido blanco de una pieza, inmóvil, mirando en silencio a la pareja.
Sintiéndose desmayarse mientras su conciencia escapaba, Asuna logró abrir la
boca de alguna manera, dejó escapar un susurro ronco.
-Ki…Kirito-kun, por allá.
Kirito siguió rápidamente la mirada de Asuna. Inmediatamente, él también se
congeló.
-E-esto tiene que ser una mentira.
La niña no se movió. Parada a unos diez metros de distancia del par, su mirada
estaba fija en ellos. En ese preciso momento, Asuna se abrazó, pensando que
definitivamente se desmayaría si la niña se acercaba más.
El cuerpo de la niña se tambaleó…inestable. Como una muñeca mecánica que se
había quedado sin energía, la niña cayó al suelo, con un movimiento diferente al
de un ser vivo. Un ligero golpe resonó suavemente.
-De…
En ese instante, Kirito entrecerró los ojos.
-¡¡De ninguna manera algo como eso es un fantasma!!
Y corrió al tiempo que gritaba.
-¡E-espera, Kirito-kun!
A pesar de las súplicas de detenerse de Asuna que se quedó atrás, Kirito corrió
hacia la niña caída sin siquiera mirar atrás.
-¡¡Cielos!!
Asuna se levantó de mala gana y fue tras él. A pesar de que su corazón seguía
temblando, ella nunca había oído de un fantasma que podía desmayarse y caer.
Eso no podía ser otra cosa que un jugador.
Tarde por varios segundos, al llegar a la sombra bajo los árboles de coníferas, vio
a la niña ya acunada en los brazos de Kirito. La niña seguía inconsciente. Sus ojos
sombreados por largas pestañas, aún estaban cerrados, sus brazos colgaban
débilmente hacia abajo. Al mirar con cuidado su figura, envuelta en un vestido de
una sola pieza, Asuna volvió a confirmar que no era translúcida de ninguna
manera.

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