Casualidad

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▫️🖤❤️▫️

— Ya le dije que quiero cambiarlo, en el ticket dice que tengo 30 días y lo compre ayer... - Saint entro en la tienda dónde un día antes había comprado un suéter de terciopelo rojo que estaba en rebaja.

— Si señor, lo entiendo, pero no podemos hacer efectivo el cambio... -se encontraba exaltado porque no podía hacer entender a la señorita que ellos habían cometido un error.

— ¿Qué pasa Mary? -  un hombre en un traje costoso se acercó sin ser invitado.

La dependienta se puso el doble de nerviosa.

— Señor, el joven hizo su compra...

— ¡No quiere cambiarlo! - interrumpió Saint, el hombre lo miro con una sonrisa educada, hablandole en voz servicial.

— Podría dejar que la señorita me explique y con gusto escucharé su demanda. - tuvo que soportar la explicación larga y sin sentido que para oídos de Saint fue innecesaria. El hombre solo asintió con la cabeza y despidió a la dependienta.

Miro a Saint con la misma sonrisa cordial.

— Señor, lamento informarle que no podemos hacer el cambio, usted retiro la etiqueta de compra y si puede leer en su factura, dice claramente que sin ella no se puede realizar ningún cambio.

— No soy idiota, se leer. El caso es que quién me atendio se equivocó, me dió otra talla. - Se cruzó de brazos plantando sus pies en el suelo más seguro que nunca —¡Fue totalmente su culpa! - el hombre no perdió su sonrisa ni un momento, incluso su voz se escuchó conciliadora.

— ¿Recuerda quien lo atendió?

— ¡Como voy a recordarlo! - perdió los estribos, tenía hambre, pensó que sería fácil entrar a la tienda, cambiar la talla del suéter y salir a desayunar.

No fue así y lo detesto.

— Por favor, no se altere. Resolveré su problema.

— ¡No estoy alterado! - que lo dijera gritando no era su intención, la tranquilidad y la sonrisa del hombre frente a él, por alguna razón lo irritaba mucho.

— Me diculpo por suponerlo. Mary ve a buscar a Carlo y dile que quiero a los que están a cargo de la ropa de invierno.

— Si señor, enseguida.

— ¿Usted es el gerente?

— No se preocupe por eso, resolveremos su problema...

— Mire señor, no me de por mi lado. - dijo Saint jalando la bolsa que contenía el suéter del mostrador, el supuesto gerente lo miraba sin entender.

— ¿Disculpe?

— Que no me trate como tonto, se lo que piensa hacer... - acortó la distancia entre los dos, pensando que eso haría que el otro se sintiera amedrentado por su altura, algo que no pasó. Continúo — Finge que le importo, los dos sabemos que al final me aventara su cortesía a la cara y dirá que está muy apenado, pero que por política no puede hacer el cambio - espero una disculpa o excusa que lo hiciera al menos sentirse menos molesto.

— Si piensa que eso haré, ¿qué hace esperando? debió aceptar mi negativa al inicio. - su respuesta tan directa descolocó a Saint haciéndole responder lo primero que se le ocurrió.

— Es navidad, quería tener fe... - la risa espontánea del supuesto gerente le produjo sentimientos encontrados, sin más lo vió hacer señas a la encargada.

— Mary, realiza el cambio al señor, por favor - la dependienta obedeció la orden.

— ¿Va a decirme que hará el cambio así de facil? - Saint protesto — ¿Por qué?

La Navidad y... ¿Tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora