Capítulo 7

704 74 41
                                    

La noche parecía eterna, congelada en el espacio tíempo, más oscura que otras ocasiones. El castaño se había quedado estático con una mirada perdida en algún reflejo del ventanal de la habitación. Sus ojos estaban rojos e hinchados por tanta lagrima derramada, sus mejillas brillaban aún por el rastro de gotas saladas, sus párpados se habían vuelto pesados y el brillo de sus ojos parecía estar apagado. Su peso estaba apoyado contra la puerta evitando que cualquiera entrara, el no quería ver a nadie en ese momento ni siquiera sentia que podía articular alguna palabra apenas unos murmullos que ni se podía entender lo que decía.

Su cuerpo presentaba pequeños hematomas en diversas partes así como rasguños, marcas de dientes y leves heridas en sus brazos y piernas que anteriormente se había producido el por la desesperación. Su labio lo sentía hinchado palpitante aún del dolor. Podía sentir aún el sabor metálico en su paladar algo que le resultaba desagradable y ver su ropa le fue peor; rota, desgarrada y con gotas de sangre secas ahora de un rojo granate.

Sus brazos plegados a sus costados, su pierna izquierda estirada y la otra semi retraída a su cuerpo parecía un muñeco roto en ese instante.
Aún podía ver y sentir el toque violento del albino a su anatomía, su sonrisa tan vacía y oscura, sus ojos, esos malditos ojos verde Lima que mostraron sus más bajas y peligrosas acciones, esos que ya ni una pisca de humanidad poseen.

Asqueroso, sucio e inmundo. Solo eso podía pensar de sí mismo y de esa maldita ciudad en la que le tocó vivir, si hubiera hecho caso a lo que se le dijo antes de irse lejos junto su hermana. Pero eso era ya algo imposible, un sueño roto.

De pronto la puerta es tocada suavemente con tres golpes exactamente.

Joven Luzu, se encuentra bien? ¿Puedo pasar? – preguntó la sirvienta con amabilidad tratando de abrir la puerta –

déjame solo... No quiero nada ni ver a nadie..

pero joven...

¡¡QUE ME DEJES SOLO!! – grito desde el otro lado de la puerta –

La joven dejó de insistir y se fue en silencio dejando al castaño nuevamente solo.
Hasta ese momento tuvo la voluntad de ver a alguna otra parte, posando su mirada ahora en el reloj de la habitación.

ya es media noche... Por fin se fue?

Se preguntó a si mismo en un tono muy bajo de voz, se levantó a como pudo del suelo. Su cuerpo dolía y el mareo más el pesar era grandes, sentía que caería desmayado en algún momento antes de tocar cama. Minutos después sin previo aviso la puerta se abrió de golpe dejando ver al mayor seguido de una sirvienta, parecía estar preocupado por el castaño luego de lo sucedido.

Luzu se apoyo a los bordes de cama sin voltear a verlo pero era por el miedo que sintió en ese momento, sus pupilas se retraen, su piel se eriza nuevamente y los temblores comienzan a ser presentes. Para Auron esta era una escena deplorable y hasta asquerosa sólo por como se veía la persona en cuestión, ahora se está diciendo a sí mismo que no fue una gran idea mostrarle este joven frágil al maníaco de willy que aparte de masoquista era hematofilico.

Luzu, Luzu mírame

¿q-que es lo que quieres ahora? – pregunto con una voz temblorosa sin voltear a verlo –

por favor Luzu date la vuelta sólo quiero verte

y para que?! Ya me viste hace un momento, sabes de mi estado ahora largate de aquí!!

El mayor rodó los ojos, cansado de seguir con esta amabilidad, camino hasta el tomándolo del brazo para así darle la vuelta y verlo a la cara. Chillidos de dolor salieron del castaño por aquel agarre, no por que lo hubiera hecho con tanta fuerza si no que ya estaba lastimado de hace algún momento por culpa del albino y sus auto lesiones. Ambos se vieron a los ojos por un minimo instante en el que el más alto observo su rostro lastimado y ropa estropeada que con cuidado eligió para el, aparto la mirada de la cara Luzu y recorrió su cuerpo solo con su vista sin soltarlo.

Amo y Esclavo || Luzuplay Donde viven las historias. Descúbrelo ahora