—Hola— grito Luz sonriendo, pero su sonrisa desvaneció cuando vio el estado de su amiga, estaba echa un desastre.
—vete— gruño.
—Dove, ¡ya basta!— enfurecida Luz dio un portazo — tienes que dejar de llorar por ese bastardo.
—Yo lo amaba, no entiendo porque me hizo eso— sonrió de lado.
—Porqué es un imbécil—
—Vete luz, no tengo ánimos para hablar con nadie—
—Esta bien, me iré — hizo una pausa —. Pero mañana temprano volveré y ahí si que no me iré— advirtió con una pizca de broma.
Lo que Luz y/o Dove no sabia es lo que pasaría en la noche siguiente.