Quiebre

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-Ya viene-dijo Emma.

Los chicos esperaron, expectantes y alertas a lo que sea fuera a salir de aquel agujero, a medida el sonido se acercaba y sonaba aún más fuerte mientras se aproximaba a la salida.

Finalmente, comenzaron a salir cientos de pompones de color naranja, los chicos retrocedieron al instante sin quitar la vista en ellos.

Para defenderse comenzaron a patear y aplastar aquellos pompones, manchando sus pies de alguna rara sustancia oscura y maloliente, de aspecto sanguinolenta. Las expresiones de horror y asco eran notables en los rostros de los chicos.

 Después de ese largo momento repulsivo y estresante donde ya habían logrado destruir todos los pompones. El gastado piso había quedado totalmente regado aquella asquerosa sustancia cuyo olor era en fuerte que hacia que los ojos ardieran. Era un potente y penetrante olor a hierro mezclado con algo podrido.

Luego todo había quedado en silencio nuevamente por unos momentos pero los chicos no bajaron la guardia, la presencia maligna estaba ahí.

De pronto, desde los bordes del agujero se escuchó un estruendoso rechinar y se asomaron unas grandes manos peludas con unas afiladas garras. Así, poco a poco, él fue apareciendo por fin, ya había tomado una forma específica y tangible para manifestarse ante los chicos. Salió la mitad de su cuerpo, no sabían si estaba afirmado de algo o bien, si estaba flotando, sea lo que sea, era espantoso. 

Era un hombre lobo, el mismo que habían visto por la televisión haciendo gestos y "bromas" detrás del árbol, el mismo que además, definitivamente masacró a esos inocentes niños. Sus garras aún tenían restos de sangre y tejido humano.

Jadeaba rápidamente, de su sucio hocico brotaba espuma y sangre, salió del agujero y se abalanzó hacia Don sin mayores preámbulos, Don rápidamente lo apuntó con la pistola y disparó pero como el hombre lobo estaba en movimiento la bala sólo logró rozar una de sus puntiagudas orejas, logrando hacer al menos algo de daño.

-M-mierda!-masculló Don entre dientes-Es muy rápido.

El hombro lobo gritó con furia y con su larga y peluda mano dio un fuerte zarpazo, Emma quien tenía los mejores reflejos reaccionó al instante y les ordenó al resto que se agacharan para poder esquivar las las garras.

Habían planeado hacerle algo de daño antes de probar con el amuleto, por lo que todos se posicionaron y apuntaron hacia el hombre lobo, tomaron las resorteras con piedras como proyectiles y apuntaron directamente hacia su cabeza.

El hombre lobo los miró unos segundos, incrédulo.

-Ahora!!-ordenó Emma.

Todos obedecieron pero, el hombre lobo fue más rápido y logró esquivarlas todas sin mayor dificultad.

Otra vez, todos apuntaron más rápidamente y Eso fue recibiendo proyectiles, la mayoría los pudo esquivar pero algunos fueron más certeros y lograron hacer un considerable daño en rostro y extremidades, pero ninguno en sus ojos o zona vital.

El hombre lobo abrió grandemente su hocico de forma amenazante y mostrando sus gigantes y afilados colmillos como navajas dispuesto a desgarrar a cualquier de chicos, Norman se paralizó, eran la misma imagen que vio en el desagüe ese día lluvioso que estuvieron a punto de matarlo, pero por cosas del destino y gracias a Emma él logró zafarse pero, en su lugar el que recibió el impacto y perdió la vida fue su hermano Oliver, por su culpa, por su cobardía, por no tener el valor de advertir o hacer algo al respecto.

Totalmente incompetente.

La ira y la frustración volvieron a aflorar desde su interior, desde un recóndito rincón de su ser una voz oscura y maligna le hablaba.

Lo que habita en Neverland  (The Promised Neverland)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora