P A I N

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❛And one taught me pain❜

[Kogan]

Cuando conocí a Kendall estaba en mi último año de universidad, mientras yo era el mejor en mi clase él era el mejor en componer canciones, recuerdo que nos conocimos en una cafetería, donde él había dado un “show” tocando la guitarra y cantando, ...

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Cuando conocí a Kendall estaba en mi último año de universidad, mientras yo era el mejor en mi clase él era el mejor en componer canciones, recuerdo que nos conocimos en una cafetería, donde él había dado un “show” tocando la guitarra y cantando, yo había ido con unos amigos de mi universidad para celebrar que habíamos terminado la temporada de exámenes con éxito. Recuerdo que su verde mirada se posó en mi en cuanto tome asiento, como un tigre acechando a su presa, mirando cautelosa y pacientemente para después saltar y encajar sus colmillos.

Me pidió mi número cuando bajo del escenario, ni siquiera uso pretextos, fue directo al grano y eso fue algo que me gustó de él. Kendall nunca se guardaba nada, siempre lo decía todo, le doliece a quien le doliece. Kendall era un huracán entre Miles de lluvias.

Recuerdo que comenzó a escribirme, era bastante lindo y atento, siempre iba a recogerme a mi universidad y me llevaba a comer algo, me hacía reír y de vez en cuando me llevaba a su departamento para enseñarme nuevas canciones, después me hacía el «amor» tan suave y amoroso.

Aún puedo acordarme de la emoción que sentí cuando me pidió que saliéramos oficialmente, fue en aquella cafetería donde todo comenzó “Nuestra historia comienza aquí y para mí es el lugar más especial del mundo” habían sido sus palabras, y yo, como el sentimental que era llore como nunca antes. Fue un día mágico.

Pero, como todo cuento de hadas tiene su verdadero lado oscuro, el mío no fue la excepción, ¿Me enamore de Kendall? Sí, aquellos pequeños detalles me habían dejado a sus pies, amándolo y admirando su forma de ser, además, era guapo, atento, y para mí mala suerte, demasiado celoso.

Las gotas de lluvia comenzaron a caer un 12 de diciembre a plena mañana, los chicos de la Universidad corrían para ocultarse bajo los gruesos techos de los pasillos, otros se tapaban con sus chaquetas e incluso con sus libros, y otros tanto, habían previsto la lluvia así que llevaron paraguas, entre esos uno de mis amigos; Liam, quién se ofreció a acompañarme a la salida dónde, como costumbre, Kendall debería estar esperándome, pero, sorpresivamente no estaba, así que debía esperarlo, me había prometido llevarme a la cafetería y después a su departamento para mostrarme una nueva canción.

Liam decidió esperar conmigo para que no me mojara, comenzamos a hablar de cosas aleatorias, la universidad, gustos musicales, etc. Nuestras risas no eran discretas y realmente no le veía nada de malo, solo éramos dos amigos y compañeros charlando y haciendo bromas; pero Kendall no lo vio así, cuando llegó intenté saludarlo con un beso como me era costumbre pero simplemente me aparto de un empujón, miro mal a Liam, el tigre tenía sed de sangre; “Alejate de mi novio, imbécil”, esas habían sido sus palabras antes de tomarme con fuerza del brazo y jalarme hasta su motocicleta sin darme tiempo de hablar, dejando a un Liam Payne desconcertado y esperando a que su novio Zayn saliera de su última clase.

Una bofetada quemo mi rostro en cuanto pusimos un pie en su departamento, casi perdía el equilibrio ante el impacto, mire a Kendall con horror, ¿Qué había sido eso? Ni siquiera me dejó hablar, tomo mi cabello entre sus dedos, devorándome con su atigrada mirada verde opaco, “Tú eres mío Henderson, que te quede claro, idiota” fueron sus palabras para después soltarme otra bofetada, se alejo de mi desesperado, dejándome en medio del pasillo, sin comprender que había pasado realmente y sintiendo saladas gotas bajar por mis mejillas, que en definitiva no eran de la lluvia.

¿Sabían que las hermanastras de Cenicienta se cortaron los dedos de los pies para que las zapatillas les quedarán? o ¿Qué la sirenita en realidad se convierte en espuma al no obtener el amor del principe? Los cuentos de hadas no tienen finales felices.

El comportamiento posesivo de Kendall empeoraba, yo no tenía amigos ya, solo hablaba con Liam y Zayn, y eso, a escondidas, Kendall comenzaba a adueñarse de mi vida, me impedía salir, revisaba mi móvil, me golpeaba cuando alguien desconocido me miraba, evitaba que yo saliera a la calle, sus detalles dejaron de llegarme, me tenía en su departamento como un mueble más, ni siquiera me tocaba ya.

Hubo noches en las que llegaba ebrio, con olor a mujeres u hombres, y yo solo me dedicaba a llorar en silencio, ¿Así era realmente el amor? ¿Aguantar todo eso? ¿Qué había hecho mal? ¿Realmente yo era el culpable?

“Henderson, chúpamela” había sido su orden cuando llegó aquella noche con unas copas de más, “No, estás ebrio” di un paso atrás, Kendall enfureció, intento abalanzarse hacia mi pero lo esquivé, un gruñido abandono sus labios “Vete de aquí, Henderson, eres un idiota, no me sirves para nada.”

¿Alguna vez escucharon un corazón romperse más de una vez y gracias a una sola persona? Mi corazón estaba hecho polvo, y todo era culpa de Kendall Schmidt, un músico no reconocido con problemas de alcohol y de irá.

Aquel día fue el último en que ví a Kendall, no me busco más y yo preferí no buscarlo; claro que lo amaba, pero todas las noches llenas de insultos, golpes y llantos habían acabado conmigo; tuve que desahogarme con Zayn y Liam más de una vez, eso sin contar las veces en que llore solo en mi fría y abandonada cama.

Sin duda alguna, Kendall me demostró el lado oscuro del amor; el dolor.

Sin duda alguna, Kendall me demostró el lado oscuro del amor; el dolor

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Thank U, Next. [BTR, Gay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora