Viktor se estremece cuando Paola se quita de encima de sus caderas, pasando sus enormes manos por su propio cabello antes de tomar un cigarrillo para comenzar a fumar, haciendo una mueca cuando la chica se inclina para besarlo y el chico le rehuye, los labios ajenos impactando con una áspera mejilla.
Paola bufa con suavidad, estaba tan perdidamente enamorada de Viktor que estos rechazos habían dejado de dolerle hace tiempo, su esperanza de tener algo serio con el que fue su mejor amigo ya ni siquiera existía, el mismo Volkov la había sepultado.
Pero, cada vez que la pantalla de su celular brillaba por un mensaje de la joven ruso, o cuando se le acercaba de manera seductora, todos sus planes de rechazarlo desaparecían. Y en su mundo sólo existía Viktor Volkóv.
Incluso cuando sabía que el chico se acostaba abiertamente con al menos otras tres almas, probablemente más.Termina de vestirse y lo observa, Viktor apaga su cigarrillo y se acomoda antes de dormirse, indiferente a su presencia, como siempre.
Con cuidado se asoma a la puerta del chico y baja por las escaleras del pintoresco hogar de los Volkóv para volver por donde antes había llegado con total sigilo.
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Los incesantes "Bip, bip, bip" de su alarma lo enferman, y despierta de mal humor, Paola le revolvía el estómago con sus gestos románticos.
Besarla después de que tenían sexo, ridículo.Apaga la alarma con un manotazo, hundiendo su rostro en la almohada. Casi un minuto después, entra su madre a despertarlo, arreglando sus aretes e ignorando el desastre en la habitación de su hijo.
Viktor se remueve en su cama antes de ponerse de pie y hacer su rutina diaria para ir a la escuela, aunque ni siquiera pueda poner un pie en el establecimiento, debe fingir.
Mientras el agua caliente baña su piel lechosa, su mente la estremece al recordar al chico de la cresta del día anterior, el pretencioso mal vestido y mal educado, internamente se pregunta si irá hoy también, parte de él espera que sí, sólo para poder decirle todas las mierdas que ayer se tragó.
Porque Viktor Volkóv no sabía callarse.______
Horacio se acomoda en el mismo banco del día anterior, saca el lápiz de su bolsillo, e inclina su rostro para concentrarse en una ardilla que corretea por los árboles.
Semicorchea. Silencio de redonda. Fusa. Fusa. Fusa. Silencio de blanca, un, dos. Fusa. Semicorchea. Fusa. Fusa... o mejor una semicorchea.
Bufa exasperada y tacha las figuras de su cuaderno, no podía concentrarse.
Vuelve a la página del día anterior, y acaricia las marcas del lápiz, nunca se había sentido tan inspirada."Procrastinación fría"
Era una pieza inigualable, la tranquilidad de esa mirada intensa pero aniñada, el humo deslizándose por su rostro de porcelana, aquella ropa oscura pero de mejillas sonrojadas enviaban señales contradictorias.
Cuando se le acercó, Horacio sentía el vibrar de su cuerpo con cada paso, era pequeño, bajito, pero su actitud era tan intimidante que hasta al mayor se le hizo atractivo.Vuelve su mirada al frente, y lo ve. Ve esos ojos verdes y sus labios rosáceos.
Todo en él grita peligro a excepción de su mirada. Esa inocencia estancada. Ese rostro algo infantil.
Se pone de pie para acercarse y saludarlo, preguntarle porqué no está en clases, porqué fuma, si ya ha desayunado.
Pero antes de dar el primer paso vuelve a sentarse.Él no podía hablar.
Su mirada heterocroma se empaña por la frustración, alza sus orbes al mismo tiempo que el menor, capturándolos.
Le sonríe sin enseñar los dientes, y se pone de pie para retirarse.Viktor frunce el entrecejo a la distancia, el ridículo de la cresta nuevamente estaba actuando raro.
Desvía la vista tratando de ocultar su decepción, frunciendo sus labios, por un segundo pensó que se le acercaría.
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mute; volkacio au.
Fanfiction𝑫𝒐𝒏𝒅𝒆 𝑯𝒐𝒓𝒂𝒄𝒊𝒐 𝒕𝒊𝒆𝒏𝒆 𝒎𝒖𝒄𝒉𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒅𝒆𝒄𝒊𝒓 𝒑𝒆𝒓𝒐 𝒏𝒐 𝒑𝒖𝒆𝒅𝒆, 𝒚 𝑽𝒐𝒍𝒌𝒐𝒗 𝒔𝒐́𝒍𝒐 𝒉𝒂𝒃𝒍𝒂 𝒅𝒆 𝒎𝒂́𝒔. Volkov 16 años. Horacio 18 años. adaptación. actualizaciones seguidas.