Decías...

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Los pasillos de la escuela estaban repletos de estudiantes, el sol estaba ligeramente cubierto por las nubes y el bullicio estaba en su máximo esplendor

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Los pasillos de la escuela estaban repletos de estudiantes, el sol estaba ligeramente cubierto por las nubes y el bullicio estaba en su máximo esplendor.

Las puertas se abrieron dando paso al rey de la escuela:

Asher Stone.

Imponente como siempre, arrogante desde niño, se abrió paso junto a sus amigos mientras paseaba la vista entre la multitud.

Estaba buscando algo. A alguien.

Se paso la mano por el cabello desordenadolo levemente. El simple acto hizo suspirar a las chicas alrededor.

No es que fuera a propósito, Asher tenía la manía de generar movimientos y gestos atractivos inconscientemente hacia los demás. Sobre todo en las chicas, que eran las que más le tomaban atención en todos los aspectos.

Sus ojos azules, su cabello castaño claro, sus pobladas cejas y los labios ligeramente colorados, eran ambrosía a los ojos de cualquiera.

Era un dios griego.

Uno muy malo, sin embargo.

Antes de volver a entrar a clases, las personas charlaban y chismoseaban sobre distintos temas. El fin de semana, en la fiesta de uno de los amigos del rey — como apodaban a Asher en la escuela — habían pasado muchas cosas. Se rumoreaba que el rey estaba de novio con Kayla ya que ese día habían estado juntos toda la fiesta, se sabia que Asher no era de tener novias sino "amigas". También habían humillado a esa chica, la rara de la escuela, la que no tenia amigos.

No pensaban que daría la cara ese lunes por la mañana después de lo sucedido. Sin embargo, aparecer con la frente en alto en la primera clase habia dejado a todos con la boca abierta por un segundo antes de que comenzaran a molestarla.

Era Charlotte, la chica callada del salón a la cual todos molestaban.

Era una costumbre para ellos hacer comentarios despectivos sobre ella. Su ropa, sus zapatos, la forma en que siempre llevaba la misma coleta y los anteojos, que aunque no los usara en todo momento, igual eran motivo de burla.

Para ella se habia convertido en una costumbre, una rutina la cual no tomaba demasiada importancia. No hasta que aparecía él y la hacia perderse entre pensamientos.

Recordo entonces ahí sentada bajo las escaleras del gimnasio lo sucedido el fin de semana:

Al principio se habia negado pero luego pensó en que talvez podría divertirse. Hace mucho no lo hacía.

Le llego un nuevo mensaje.

"Estaré en el segundo piso, la primera habitación"

Agarro sus cosas y partió hacia esa estúpida fiesta. Espero que nadie la notara.

Al llegar se dio cuenta de que sus deseos no habia sido escuchados. Todos la miraban raro. Ella no acostumbraba a ir a sus fiestas ni a ningún lugar en el que compartieran aparte de la escuela, pero ahí estaba y los lobos estaban listos para morder.

❍𝐒𝐚𝐭𝐢𝐬𝐟𝐲 𝐌𝐞❍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora