legué a Terram con las cosas, excepto el celular y la cámara instantánea. Pero eso no me afligió demasiado, podría aprender a dibujar y traté de ver el lado agradable de las cosas. Regresé y era lo único que importaba. Abrí los ojos y aparecí entre casa de Iveth y la costa, desde aquel Angulo la casa parecía una obra de arte, era bella cada cosa aquí.
-¡Matt, bienvenido de nuevo!-- escuché la voz de Luis a lo lejos- ¡Ven!, tengo algo para ti
Me acerqué corriendo con mis cosas entre brazos
Y la imagen de Luis comenzaba a distinguirse más. Cuando llegué a dónde él estaba, muy alegre extendió los brazos y me dio un pequeño cofre algo vintage de color rojo.
-es un regalo de Iveth y mío - exclamó con orgullo Luis - Sé que te gustará, no tiene instructivo, así que te toca averiguar cómo usarlo. Cuídalo mucho, es difícil conseguir una de éstas y te será de gran ayuda con todo eso que llevas cargando, qué por cierto, ¿Para qué traes tantas cosas?... Cómo sea, el tour tendrá que esperar, estoy algo ocupado. Ve y explora por ti mismo un rato, ¡divierte!
--Muchas gracias- Respondí, y... Sobre el bulto que traigo, son mis cosas para dibujar. Está muy bonito aquí y me encantaría retratarlo.
-wow, tu si que vienes con todo, que suerte tienes de haber llegado, bueno Mathieu nos vemos después se me hace tarde-- decía mientras se alejaba corriendo.
Me dispuse ir a casa de Iveth para agradecerle y preguntarle sobre las cosas que no llegaron... Unos pasos antes de subir las escaleras de la casa me topé con el can mas horrible que haya visto jamás, era como si a alguna pantufla vieja le hubieran puesto ojos de pescado, cejas exageradas y un peinado punk mal hecho. sin mas subí las escaleras y antes de pisar el tercer escalón el susodicho comenzó a ladrar y perseguirme como loco, en mi épico intento de escape salté por el puente de la casa y corrí hacia un riachuelo que salía del mar con rumbo a unas casa de madera que aun no había explorado.
supongo que esta es otra parte de la ciudadela, ayer Luis no me mostró esto, caminando sin rumbo, y abriéndome paso por la ciudadela me topé con casas de piedra y madera lindísimas, rarezas como muñecos de nieve que no se derriten y un molino con espada peleando contra una estatua de don quijote.
Después de varios dibujos y percatarme que aun no había abierto la caja que Luis me dio, decidí hacerlo bajo la sombra de un árbol...
Al abrirla me encontré con un ancho brazalete con un cristal circular en el medio, algo así como una lupa, no es mi estilo, pero bueno lo usare un par de veces por compromiso y luego lo olvidaran, una vez me lo puse no se veía tan mal.
antes de regresar donde el perro del demonio y con sed me pregunté si en el "mundo" este también existía la comida, recuerdo haber visto manzanas pero no se si fue mi imaginación así que sin mas remedio decidí preguntar.
-Disculpe señor soy nuevo por aquí, ¿sabe de algún lugar donde pueda conseguir comida?
-Claro joven; a 3 calles de aquí hay un restaurante que prepara los mejores quenules del M.O.
-¿Restaurante, hay gente que trabaja en sus sueños? ¿Quenu-que'?
-Ja ja ja, después de todo también hay economía en este lugar, prueba los quenules por ti mismo muchacho, toma-- dijo extendiéndome la mano- ten estas monedas y diles que vas de parte del doctor Fergus.
-Claro, muchas gracias, bueno eh hasta luego
-Hasta luego muchach-- repuso bruscamente-- ¿acaso eso es?-- dijo con un tono sorprendido señalando mi muñeca
-¿que?
-¿Hijo de donde sacaste ese brazalete?
-Oh, me lo regalaron señor
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