40 | Valorar

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Eras tan feliz con tan poco,
que me enseñaste
a valorar lo más mínimo.

No había quién te detuviese
en tu carril viejo y roto,
junto a las vías
desgastadas del tren,
camino a la felicidad,
cosa que nadie te arrebataba.

Durante el camino
rompías cada excusa,
cada problema que podía derrumbarte, y los convertías en nada, piedras del camino
con las que cualquiera se tropezaría.

Pero ninguna podía contra ti
en tu viaje fortuito,
eras, eres y serás,
la mujer de hierro,
para siempre y por siempre,
te llevo y te llevaré en el corazón.

🌻Palabras convertidas en sensaciones || PoesíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora