Una vez llegamos a la casa o casi mansión de los Collins la musica retumba por todos lados, hay incluso personas en el jardín con vasos rojos en sus manos, algunos estan besándose, otros bailan y una que otra parejita se aleja hacía la oscuridad de la parte de atrás de la casa, me pregunto si es que no sienten frío.
— Esto está que arde— dice Bruno con voz emocionada dando palmaditas mientras estacionamos.
Bajamos del auto y me acomodo mi vestido que se ha subido un poco en el camino, las chicas también lucen unos bonitos y cortos vestidos, el de Tiff es verde y se le ajusta perfecto a sus perfectas caderas, ahora tiene un abrigo largo desabotonado encima pero una vez se lo quite apuesto a que todos se lanzaran sobre ella, se puede decir que el cuerpo de Tiff es uno de envidia. Amalia lleva un vestido de lentejuelas moradas con un pequeño escote que su abrigo negro deja ver.
Una vez todos bajamos caminamos entre las personas para entrar a la casa, la mayoría nos dan miradas como inspeccionando nuestras vestimentas, el centro de atención es Tiff, ella es la más voluptuosa, alta y con un carisma radiante, y claramente eso llama la atención de todos, algunos chicos le silban y otros le lanzan cumplidos, oh, pero eso si, las chicas tampoco se quedan atrás, en cuanto ven a Jacob se lanzan sobre el como viles serpientes para tener su atención, ruedo los ojos y seguimos nuestro camino.
Una vez entramos la música se escucha aún mas fuerte, la calefacción de la casa al perecer esta encendida, se siente menos frío y me gusta, el lugar esta lleno y en la segunda planta de la casa está Joshua colocando la música. Huele a Alcohol, sudor y...¿sexo? ¿es eso posible?
Jacob y Max se pierden entre las personas para buscarnos alguna bebida mientras buscamos algún lugar donde podamos estar sin que nos empujen como a vacas que van al matadero.
— Wao, pero a quién tenemos por aquí— canturrean a mi espalda a lo que me doy la vuelta para ver de quien se trata.
Bah, es Ernest, quién me da una sonrisa torcida cuando ruedo los ojos, me cae mal desde ese día en el que intento pasarse conmigo, no podemos negar que es guapo, el y su hermano son unos chicos de ensueño si lo vemos por el lado físico, sus ojos son verdes rodeados de largas pestañas, su mandíbula marcada y sus labios gruesos, su cuerpo es otra cosa, la envidia de muchos chicos y el sueño mojado de muchas chicas, todo un mojabragas
— Tiempo sin verte, individuo desagradable— le suelto con una sonrisa ladina.
— Si que eres amable pequeña— intenta tocar mi mejilla pero manoteo su mano.
— No me digas así— le señalo.
El alza sus manos a la altura de sus hombros simulando inocencia.
— ¿Quieres bailar?
— ¿Contigo?. Jamas.
— Olvidemos lo que paso esa vez ¿quieres? en mi defensa estaba drogado hasta los huesos
— ¿Tratas de decir que el que un hombre este borracho o drogado le da el derecho a hacer lo que se le venga en gana? dejate de gilipolleces— espeto con furia
Los chicos llegan con vasos en sus manos y nos ofrecen a cada uno. Jacob me da una mirada como preguntándome si todo esta bien y le contesto con un ademán despreocupado. Sorbo de mi vaso y el líquido ardiente corre por mi garganta.
— ¿Bailamos?— insiste tendiendo su mano hacia mí— Esa canción me encanta, ven— sin esperar más jala mi mano y me encamina hasta una pista improvisada que esta en medio de la casa.
Nos encontramos en la pista y el tonto de Ernest me hace dar vuelta tras vuelta, el es un buen bailarín y sus movimientos son fluidos y confiados, doy una vuelta más y mi espalda queda pegada a su duro pero suave pecho mientras sus manos van a parar a mis caderas guiando mis movimientos.
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STAY
Teen FictionRuth ama desafiar a sus padres y mostrarles que puede hacer lo que le plazca. Alí daría lo que fuera por estar con ellos aunque fueran sólo un par de segundos. Ruth es una chica extrovertida que no conoce la vergüenza. Alí es todo lo contrario y pre...