Sara Ege

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Una madre golpeó brutalmente a su hijo de siete años de edad hasta la muerte con un palo y luego quemó su cuerpo porque no conseguía aprenderse algunos del Corán de memoria.

Sara Ege, de 32 años, está acusada de haber golpeado Yaseen Ali "como a un perro" por no recitar pasajes del texto religioso, antes de quemar su cadáver en la casa familiar en Cardiff, Gales, Gran Bretaña, para tratar de ocultar lo que había hecho.

La muerte del joven fue inicialmente considerada un trágico accidente tras el incendio en la casa en Pontcanna, hasta que un examen post mortem reveló que Yaseen había muerto antes de que comenzara el fuego.

Ege también está acusada de abusar de su hijo en los meses previos a su muerte, ya que presuntamente lo golpeó con un martillo y lo encerró en un cobertizo por el atraso en sus estudios islámicos.

Durante el juicio en Cardiff Crown Court se pudo saber cómo la mujer graduada de la universidad y su marido habían inscrito a su hijo Yousuf Ege Yaseen en clases avanzadas en su mezquita local y esperaban que su hijo se convertiría en Hafiz -un término islámico para alguien que ha memorizado el Corán-.

En una grabación de vídeo de la entrevista con la policía Ege dijo a los oficiales que había establecido que su hijo de siete años de edad, tenía que memorizar 35 páginas del Corán en tres meses.

Sin embargo, el tribunal fue informado que Yaseen prefería jugar con sus amigos y se quedó atrás con su aprendizaje.

"Yo estaba cada vez más y más frustrada" dijo Ege en la entrevista.

"Si no lo recitaba correctamente yo me enojaba y lo golpeaba".

El tribunal fue informado de cómo Ege Yaseen golpeaba a su hijo con un martillo, un rodillo y una zapatilla, así como en varias ocasiones le dio puñetazos.

Ella también alega que llegó a encerrarlo en el cobertizo, atarlo a una puerta, y le obligaba a hacer flexiones.

La corte escuchó que en los meses después de la muerte de Ege Yaseen, Sara le dijo a un médico que había matado a su hijo por ser un Shaitan -un nombre islámico para el diablo- y que se sentía al 100 por ciento mejor después de su muerte.

La policía y los bomberos fueron llamados a la casa de la familia en Pontcanna, Cardiff, en julio de 2010 después de que se iniciara un incendio en la planta superior.

La policía y los bomberos fueron llamados a la casa de la familia en Pontcanna, Cardiff, en julio de 2010 después de que se iniciara un incendio en la planta superior

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