Yuri x Natsuki (DDLC) / Fanfic (+16)

III. Noche de confusiones

Natsuki comenzó a quitarse sus zapatos, para así comenzar a acomodarse mientras se preparaba para dormir.

Yo me encontraba en el baño de mi habitación cepillándome.
A veces miraba de reojo a Natsuki hasta que me dí cuenta que había algo que hacía falta.

—Natsuki, ¿Vas a dormir con esa ropa?—Le pregunté saliendo del baño.

—Por supuesto. ¿O con qué más se supone que voy a dormir?

Comienzo a pensar en qué decirle sin sonar como una completa rara...

Tal vez deba decirle:

Esa ropa no es muy cómoda para dormir, deberías quitártela...

¡¿Pero en qué estoy pensando?!

Ella me odiará si digo algo así de estúpido.

Pensará que soy una pervertida.

—B-bueno...—En ese momento me quedo sin palabras y consecuentemente se ruboriza un poco mi rostro, hasta que finalmente encuentro qué decir.—Estuve pensando que podría prestarte ropa para dormir...

—Dudo que tu ropa me quede bien, Yuri. Tú eres tan alta y grande. Especialmente por el tamaño de tus... Tus...—Habla Natsuki enredándose con sus palabras hasta que cae en cuenta de lo que dice e inmediatamente se sonroja.

—¿M-mis? ¿A q-qué te refieres Natsuki?—Hablo nerviosa mientras me sonrojo al instante al percatarme de lo que Natsuki trató de decirme.

—¡E-eh! ¡Olvida lo que he dicho! T-tú sabes...—Habla Natsuki con una expresión molesta y sonrojada, cruzándose de brazos.—¡En fin! ¡Sólo quise decir que tu ropa me quedará muy grande, eso es todo!

—E-está bien...—Digo aún tímida tratando de tranquilizarme.—Entonces, ¿Te parece bien este suéter?—Le pregunto a Natsuki mientras le muestro mi ropa.

—E-eh... No está nada mal.—Responde Natsuki.—¡Pero ya veremos que sí tengo la razón!

Le paso mi ropa a Natsuki y ella se dirige hacia el cuarto de baño a cambiarse.

Me senté en mi cama mientras conservaba perdidamente mi mirada hacia el suelo.

No pasaron más de unos cuantos minutos para darme cuenta de que un destello de luz iluminaba mi rostro en la oscura habitación.

Alcé mi rostro para darme cuenta de que esa luz provenía del baño.

Natsuki sin saberlo había dejado la puerta del baño entreabierta. Lo suficiente como para poder verla desde mi cama.

N-no está bien que la esté observando...

Me ruborizo un poco y bajo otra vez mi mirada, aunque esto resulta inevitable para mí.

En un intento fallido por ignorar la situación, vuelvo a clavar mi mirada hacia el cuarto de baño.

Comienzo a sentir un calor subiendo por mi cuello y luego por mi rostro. Sonrojándome completamente al instante.

Sigo observando a Natsuki con timidez.

Ella se quita primeramente su camisa.

En cuanto va quedando semidesnuda, siento la temperatura de mi cuerpo subir cada vez más.

Luego procede a bajar su falda.

¡N-no! ¡No lo volveré a hacer!

Comienzo a hacer una gran resistencia en mi cuerpo, especialmente en mis manos.

¡N-no volveré a tocar un c-cuchillo!

En ese momento me levanto, haciendo caso omiso a mis pensamientos y abro silenciosamente un cajón de mi armario en donde se encuentra mi colección de cuchillos.

Mientras observo a Natsuki cambiarse de ropa, tomo de uno de mis cuchillos preferidos artesanales, el más afilado, y comienzo a rozarlo en la piel de mi brazo.

¡A-ah!

Un pequeño gemido sale de mí.

Sigo observando a Natsuki.

Natsuki procede a quitarse el sujetador, aunque se encuentra de espaldas no permitiendo ver su parte delantera.

Hago con mi cuchillo un segundo roce sobre mi piel.

¡Aaa-ah!

Esta vez gimo silenciosamente para evitar ser escuchada, mientras observo a Natsuki.

Veo a Natsuki poniéndose mi suéter, el cual le acaba por quedar más bien como un vestido.

En ese momento me levanto y guardo el cuchillo en mi cajón.

Comienzo a envolver mi brazo con una venda para heridas, y procedo a bajar la manga de mi pijama para cubrir mi brazo.

—¡Tal como te lo dije, Yuri! ¡Esto me queda tan grande que parece un vestido!—Dice Natsuki mientras sale del cuarto de baño.

—¡A-ah! V-vale... Veo que sí tenías la razón...—Respondo intentando sonar lo más natural posible, aunque fallo en el intento.

—¡Siempre la tengo!—Dice Natsuki mostrándose muy segura de sí misma.—¿Por qué estás tan roja, Yuri?—Me pregunta Natsuki con cierta preocupación al ver mi rostro sonrojado.

—¿Lo estoy?—Finjo no saber de nada.

—Sí, y mucho, al decir verdad.—Dice Natsuki mientras me observa con preocupación y luego me toma de mi brazo.

—¡Kya!—Pego un pequeño grito de dolor al Natsuki tomar mi brazo herido.

—¡A-ah! ¿Te sucede algo, Yuri? ¡Estás preocupándome!—Dice Natsuki.

—A-ah... Lo siento, sólo fue un impulso.—Dije intentando calmar la situación.—Creo es sólo cansancio. Deberíamos dormir ya, ¿No crees, Natsuki?

—¡Sí, estoy de acuerdo contigo, Yuri!—Responde Natsuki sin detallar más a fondo el asunto.

Natsuki comienza a acostarse en un lado de mi cama, cubriéndose con los edredones.

El clima de esa noche se sentía muy agradable.
Frío, fresco...
Perfecto para una noche tranquila.

Me levanté a apagar la luz del cuarto de baño, dejándo en mi habitación únicamente la iluminación del par de lámparas a los laterales de mi cama.

Procedí a finalmente recostarme para dormir.

Estiré mi mano para apagar las lámparas, hasta que Natsuki tomó suavemente de mi mano.

—E-espera... Déjalas encendidas sólo un poco más...—Habló Natsuki con un tono de voz más tierno y suave que de costumbre, entre su somnolencia, con sus ojos casi cerrados.

—¿Le temes a la oscuridad, Natsuki?—Le hablé en un tono de voz bajo, igual de suave y tranquilo.

—No es eso, sólo que... Bueno... en realidad sí me da un poco de miedo...—Responde Natsuki con su tono de voz tierno y suave.

Comienzo a sentir ternura en mis adentros.

—No tienes por qué temer, Natsuki... Estoy aquí a tu lado, tienes mi compañía.—Le respondo con mi tono de voz tranquilo y compadeciente.

—AaAhgg...—Bosteza Natsuki y luego cierra sus ojos, quedándose profundamente dormida.

La observo con una expresión de ternura en mi rostro y procedo a apagar las lámparas de mi cuarto.

Me termino de recostar completamente sobre mi cama y comienzo a cerrar lentamente mis ojos. Hasta que siento el brazo de Natsuki sobre mí, rodeándome, abrazándome, mientras duerme.

No supe cómo reaccionar al respecto. Hasta que comencé a pasar mi mano sobre su brazo en forma de caricias.

—Buenas noches, Natsuki.—Susurré suavemente cerca de su oído mientras ella dormía profundamente.