Una planta para olvidar y unas camas muy comodas

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No soy dueño de Percy Jackson y los Olímpicos sus derechos son propiedad de Rick Riordan

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Nuestro cuarteto se encontraba a bordo del "Expresso Zoo", con una vista de lo más lamentable, una zebra, un antílope y un león en condiciones que ningún ser debía de tan siquiera rozar, Midenikó podía sentir la tristeza de los animales y la ira creciente de Grover, sin embargo, no intervino en lo mas mínimo, al cabo de unos minutos, Percy y Annabeth habían dado alimento a los animales y mejorado levemente su condición, sin embargo no podían hacer mucho por el constante movimiento del camión y su cansancio, el trío de semidioses y sátiro se acunaron en una esquina del camión para dormir, mientras que Midenikó simplemente se sentó en el medio del camión en posición de loto y se puso a meditar.

Paso una media hora cuando Midenikó sintió una perturbación a su alrededor, otra comunicación, sin embargo, está no era forzada, así que decidió ver de qué se trataba e invadió el sueño de quien quiera que se estuviera comunicando. Abrió los ojos encontrándose en la cueva del sueño de Percy, así que supo que el era el receptor, logro divisarlo a lo lejos, así que se acercó, entonces, escucho una voz que le hizo hervir la sangre, era Luke, hablando con Cronos, tenía emociones mezcladas, tenía una cólera infernal y una burla masiva, pues si bien había confirmado que Luke era el traidor, le daba risa el como ni Cronos creía en el para lograr sus planes. Poco después, Cronos noto la presencia de Percy, así que lo desvío hacia una "visión" de su misión, a su vez, echo a Luke de la comunicación, dejando solo a Midenikó.

-¿Y a qué debo la visita?- Pregunto divertido Cronos.

-Oh, a nada en particular- Respondió Midenikó -Curiosa la sangre de Percy ¿Verdad? Puede interceptar conecciones mentales mientras duerme, una habilidad interesante ¿No?- Pregunto Midenikó haciendo conversación, pues en este estado, Cronos no era una amenaza para el.

-Ciertamente interesante si, sin embargo me llama más la atención tus habilidades, poder invadir sueños, evitar controles mentales, poder crear artefactos sumamente poderoso a través de no más que una simple balanza, y más aún, un completo control sobre las emociones- Enumero Cronos.

-Oh, Cronos, me sonrojas- Respondió Midenikó con burla -Supongo que ser el dios del equilibrio y conocimiento tiene sus ventajas, pero vamos, dejemos eso de lado, hay algo que te quiero preguntar, ¿Por qué no detienes tu cruzada si sabes que no llevará a ningún sitio?- Pregunto Midenikó.

-¡Por que si lo hará, la caída de los dioses está predestinada!- Exclamó Cronos, a lo que Midenikó simplemente suspiró.

-Si bueno, sabes que adoro hablar contigo, pero tengo que irme ya- Dijo Midenikó, para después abandonar la conección.

Midenikó abrió los ojos solo para encontrar la misma escena de antes, sabiendo que habían arribado a su destino, desapareció en un resplandor dorado, apareciendo en un callejón algo apartado del camión, se quedó allí por algunos minutos hasta que escucho un gran alboroto, al momento supo que tenían que ser los chicos quienes lo habían causado, sin embargo no se puso a buscarlos, pues sabía que tarde o temprano se iba a volver a encontrar, deambuló con las calles de las Vegas por un rato, hasta que pasó por un callejón que le llamo la atención, al final de este había un Casino-Hotel, su fachada era una enorme flor de neon con puertas cromadas que estaba abiertas, había un portero que cuidaba la puerta, aunque nadie entraba ni salia, luego un aroma sumamente conocido: Flor de loto. Entonces Midenikó lo supo, era la nueva guarida de los lotofagos.

Midenikó soltó una sonrisa aliviada, eran de sus criaturas favoritas, bastante hospitalarios, y lo mejor de todo: su fruto de loto era delicioso y no tenía efecto en el. Camino hasta el fondo del callejón dónde el portero le sonrió, entonces, Midenikó solo divinidad, la sonrisa del lotofago se hizo aún más grande.

MidenikóWhere stories live. Discover now