𓆙

560 30 5
                                    

"El sol es un ladrón: atrae al mar y le roba

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"El sol es un ladrón: atrae al mar y le roba. La luna es una ladrona: hurta su luz plateada al sol. El mar es un ladrón: disuelve la luna. ── PÁLIDO FUEGO."

𓆙

Delilah.

En la Biblia se le atribuía como la responsable de la caída de Sansón, la mujer que, con un solo gesto, lo dejó indefenso. Aquel nombre ha perdurado a lo largo del tiempo, envuelto en una atmósfera de seducción y peligro.

La portadora de dicho nombre era una mujer que, según se decía, había sido una niña riquilla escondida tras las enormes puertas doradas de su hogar. Nacida en cuna de oro, su vida había estado marcada por el brillo y la abundancia, pero también por la ausencia del amor de sus padres, quienes jamás encontraron tiempo para su hija. Creció entre lujos y privilegios, pero también en un vacío que la acompañaba en cada rincón de su vasto mundo. De cabellos oscuros que caían en suaves ondas y una piel casi de porcelana, Delilah era la encarnación de la belleza etérea. Cada noche, se convertía en la estrella de una fiesta diferente, deslizándose con movimientos provocativos y crueles. Era adicta a las luces brillantes de la bola de espejos, que parpadeaban y giraban a su alrededor, reflejando un destello de vida en su mirada, una chispa que prometía el deleite y el peligro. Sin embargo, detrás de esa fachada deslumbrante, Delilah se movía como un depredador en la oscuridad, desgarrando corazones a cualquier hombre que se cruzara en su camino. Con cada sonrisa, tejía un hechizo que atrapaba a sus víctimas, dejando tras de sí un rastro de desolación y anhelo. La castaña bailaba en el límite entre el deseo y la destrucción, una figura enigmática que ocultaba más de lo que mostraba, la vida de la noche marcada por su propio dolor.

No importaba a qué hora sonaran los timbres en casa; siempre estaba vacía, en ella resonaba un silencio abrumador que reflejaba el vacío de su alma. Sentía que había una parte de ella que se había quedado a medio llenar, un espacio que anhelaba ser colmado. Los únicos que lograban darle sentido a su existencia eran sus tres amigos, las luces que iluminaban su oscuridad.
Una de ellas había llegado a su vida en un internado en Chicago. Los otros eran dos hermanos, se cruzaron en su camino una noche de fiesta en la que se encontraba perdida y sin saber cómo regresar a casa, ellos fueron su salvación. Juntos, formaban un pequeño refugio en un mundo que parecía girar en su contra.
Aunque tenía a su hermano, la comunicación con él era una ilusión lejana. Era imposible que contestara sus llamadas, así que cada noche, Delilah dejaba mensajes de voz, esperando que alguna vez le respondiera. A menudo, su mente divagaba, imaginando que lo único que le quedaba de su familia, había perdido la vida en un instante cruel. Pero, a pesar de la incertidumbre que la rodeaba, mantenía viva la fe de que algún día él escucharía sus palabras y contestaría, llenando ese vacío que tanto la atormentaba.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 04 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

gods & monsters  »  s. vettel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora