01: "Ojos azules"

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La sangre cayendo y la adrenalina incrementan en mi cuerpo.

Los golpes aumentan, el sudor y cansancio se apoderan de mi rival, aquí es donde puedo aprovecharme de ello, de su debilidad y cansancio.

Con un último golpe en la mandíbula, y mi puño haciendo impacto en ella, se rindió, cayó al suelo agotado y lleno de sangre.

Me alejé sintiendo el sudor y la victoria en mis venas, los gritos de las personas alrededor solo me hacían saber que una vez más; yo gané.

De nuevo sentía liberación, después de todo el día pude desquitar esa impotencia que tenía de causar daño.

Mi contrincante ya estaba en el suelo intentando salir del ring.

Luego apareció el que me daría el nombre de ganador de nuevo.

—¡Ganador! ¡Jeon Jungkook!— gritó levantando uno de mis brazos.

Algunas personas festejaron por las apuestas, otros abuchearon.

Las luces del callejón seguían encendidas, pasó una chica en prendas menores como de costumbre a entregarme el dinero que gané.

Besé los billetes triunfante para salir del ring.

Ya estaba tranquilo de nuevo, el ring es como una terapia para mi condición.

La paz y tranquilidad que sentía luego de ganar, era inexplicable.

Pasé entre la multitud, algunos felicitando.

Hasta que llegué al único que me estaba esperando de verdad.

—¿Me extrañaste?— bajé para acariciar a mi perro. Él me recibió como siempre, moviendo la cola con felicidad —Yo invito las croquetas— finalicé riendo, guardando bien el dinero.

—¿De verdad saludas primero a tu perro que a tu mejor amigo?— escuché la voz indignada de la persona que lo estaba cuidando.

Me levanté para darle la cara.

—Claro que no— reí —Gureum es mi mejor amigo, tu eres el segundón—

—Descarado— indicó Namjoon.

Se podría decir que el es mi segundo mejor amigo, porque si es verdad que Gureum es el primero.

Y Namjoon solo es un chico con el mismo tono de piel que la mía, y un metro ochenta y uno de estupidez, no niego que es bastante inteligente, solo que a veces me hace dudar de su capacidad mental, pero cuando venían los negocios para él, era cuando me demostraba que su lado maduro si está ahí, muy escondido, pero está.

—Es mejor irnos ahora, ya ganaste— me informó él.

—¿Por qué habrán hecho la pelea tan pronto hoy?— pregunté —Ni siquiera es de noche.

—Digamos que las peleas clandestinas empiezan a pasar más desapercibidas por el día, ningún oficial de policía investigaría si hay una bajo la luz del sol.

—Adivino, tú diste la idea— comenté.

—Soy el cerebro de todos, no lo olvides— lanzó.

Comenzamos a caminar hacia otro lado, mientras él me daba mis cosas, entre ellas, mi camisa y unas vendas.

—¿No vas a limpiarte las heridas?— preguntó con las manos en sus bolsillos.

Gureum iba a un lado de nosotros, no había necesidad de tenerlo en correa. A pesar de tener un tamaño grande, es el perro más leal y obediente que conozco. Ha estado mucho tiempo conmigo, protegiéndonos el uno al otro, no soy el único que ha estado en peleas al final.

U. R. [Kookjin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora