Primera parte.

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Taehyung siempre había sido crédulo y noble, la gente solía verlo como esa persona torpe pero confiable que exudaba honestidad por los poros.
¿Era bueno, verdad?

No era muy lejos de lo que creía cuando era niño. A pesar de que su madurez había llegado prematuramente, él siempre había conservado los rasgos más entrañables de su infancia. Convirtiéndose así en un chico de pensamientos soñadores, algo alejados de la realidad pero honestos.

Realmente él nunca creyó encontrar alguien dispuesto a ser esa pequeña parte para él, esa persona dispuesta a darle de todo a lo que perdió antes.

Sin embargo un año después las cosas no eran diferentes, en su vida las personas solían ser inconstantes como eran un punto blanco entre tantas plumas negras.

"Estoy bien." Mintió.

"No lo estás, mierda, ¡Tan solo mírate! No es normal." Jimin se desesperó.

¿Es que Taehyung no se veía a sí mismo?

Demonios, incluso después de todo el daño y el dolor, su amigo parecía indiferente a su relación con Jungkook.

"Esto te esta jodiendo. Éste no eres tú Taehyung."

"Por Dios, Jimin, agradezco el interés en mi vida pero realmente estoy bien." Le dijo mirando alrededor de la cafetería pareciendo desinteresado.

Jimin sopesó sus palabras, sabiendo que hablar con su amigo del mismo tema y hacerlo entrar en razón, era imposible.

"¿Vendrá tan siquiera?" Preguntó molesto.

Eso hizo que el castaño dibujara una sonrisa en su rostro.

"Dijo que venía en camino." Tomó un sorbo de su té. "Debería estar aquí en diez minutos."

Decir que estaba nervioso era poco. Se sentía como una puta gelatina al borde del precipicio. Tembloroso y con miedo.

"¡Oh! Hablando del Rey de Roma." Escuchó a Jimin decir.

Giró su vista y en efecto, ahí estaba Jungkook. Una oleada de cariño y nostalgia lo golpeó y no fue consciente de sus acciones hasta que se encontró en los brazos del pelinegro.
Jungkook lo abrazó contra él más fuerte; Taehyung se embriagó de forma inconsciente del aroma del pelinegro. Espuma de afeitar y cigarros.

"Te extrañé mucho, cariño." Jungkook le dijo.

Taehyung abrumado pegó su cuerpo contra el del pelinegro ante la afirmación y a pensar se que sus palabras no revelaron más, su cuerpo lo demostró.

"Yo también."

Después como un peso en su espalda, la mirada de Jimin lo penetro y le hizo escocer los huesos.

Mierda.

"Vamos, Jimin nos espera." Contra su voluntad se separó y guío al camino a su rubio amigo.

"Jungkook." Le dijo el mayor a el chico de chaqueta negra como saludo.

"Jimin, un placer volver a verte." Sonrió mostrando sus dientes.

"Me gustaría decir lo mismo, pero lamentablemente no puedo." Le dijo cortante.

Taehyung se encogió de hombros. Alarmado miró la respuesta de Jungkook, pero lo único que recibió fue una mirada que parecía comprensiva.

"Siempre tan bromista." Intentó relajar el ambiente.

Tomando asiento en el lado contrario de Jimin invitó a Jungkook enfrente de ellos. Una vez los tres sentados y con sus bebidas calientes un silencio incómodo los envolvió.

Mentiras dulces. [KV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora