Capítulo 03

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A veces hay momentos en los que las horas pasan como minutos y segundos como si fuesen horas. Ellos estaban sin darse cuenta ya lo tarde que era por que ya casi era su tercera película; se dio cuenta lo tarde que era.

—Oye Chris—, tapados por una cobija amarillenta en la sala y con un pote de palomitas en el regazo del mencionado acostados en el sillón largo. —¿Qué hora es?—.

Fijándose en su celular le indicó la hora —Son la una con veintiséis— sin entender porqué de la nada su acompañante se le quedaba viendo con los ojos agrandados, dándole un horrible sentimiento en el cuerpo. ¿Había hecho algo para que pusiera esa cara? ¿su forma de comer? ¿su acento? ¿se tiro un pedo sin darse cuenta? ¿olía mal? ¿podi–

—Marsh, ¿me estás escuchando?— una mano pasaba de arriba para abajo por sus ojos –Pequeño, tengo que irme–. Levantándose se puso sus zapatos, siendo seguido de un aturdido Chris descalzo con la mirada perdida.

—O-oye Alan, sabes— dijo agarrando la manija de la puerta de entrada, tapando el paso a el de casaca negra que lo miraba con una ceja alzada. —Y-yo no puedo ser muy agradable, aveces soy tonto y tímido, otras soy un cochino y hasta puedo sacarme mocos de la nariz con mis dedos y ocultarlo en lo bajo de la silla— una cara de asco con una sonrisa burlona se dio en los lindos labios del otro, ahora Chris estaba seguro que la había cagado —todos tenemos defectos “bad boy”, pero osea, yo sol–

—Marsh, si llego a mi casa sin zapatillas va ser tu culpa—, al ver la cara de confusión del otro, aclaró —pequeño, son la una y algo más y tengo que llegar a mi casa porque mis padres se van a enojar.

—Y-yo— ahora si que quería morir —sa-sabia eso, so-solo que-quería pre-prestarte una ca-casaca.— se calmo un poco —Esperame un ratito— sin esperar asentamiento fue corriendo a buscar la casaca más abrigadora y que oliera bien (aunque para él todo olía igual).

—Bueno pequeño enano, fue un gusto ver Terminator contigo,— al verlo mirada baja del contrario le cogió los cachetes y le regaló una dulce sonrisa —me gusto mucho ver contigo, eres buena compañía, no te preocupes por los mocos, todos tenemos—.

Se despidieron y Alan salió rápido del edificio, siendo despedido por el recepcionista y entrando al primer carro que encontró.

Con un suspiro recordó lo que pasó.
Intentando no hacer ruido para que sus padres no se preocuparan la sonrisa tonta no salia de sus labios.

Llegó a su cuarto y se sienta en su cama sacándose sus zapatos (que felizmente los seguía teniendo), mientras poco a poco su sonrisa va decayendo.

—Soy un tarado— se tira para atrás como en las películas americanas pero choca con la pared blanca, algún día destruiría esa pared. —no le pedí su número—. Se acuesta en su cama y empieza a idear planes y planes, hasta llegar a uno; siendo guiado por los pájaros, cantándole que ya era de día.

Sin mucho que cambiar en su ropa, poniéndose su casaca con algo más ligero y blanco, se puso manos a la obra.

Fue al supermercado “supermercado” y mientras intentaba no parecer un raro parado en la puerta, iba caminando poco a poco sin tener excito.

Cuando ya el personal del supermercado le preguntaron si le pasaba algo o había olvidado algo, tuvo que irse.

Iba ir caminando para la casa de Chris, pero descarto la idea rapidísimo porque no quería sonar como un acosador. Admitía que le gustaba el menor, era muy lindo y chiquito físicamente, quería conocerlo más profundamente y hasta ahora lo que conocía le parecía tan bello que sentía su corazón bailar al ritmo de sus pies que se apresuraban para cruzar la esquina.

A la esquina de su casa vió el parque que solía visitar cuando le daban sus viajes de pensamientos y le parecía un buen lugar para idear un plan.

—¡Holaa!— un grito se escucho en todo el pequeño parque, sintiendo un aire fuerte levanto la cabeza para ver a un chico que le parecía conocido, con una chica de cabello blanco largo corriendo detrás de él gritando “no grites”. —Alan, ¿verdad?— dijo luego de estar frente a él, mientras la peliblanca le daba un golpe en la cabeza para después acariciarle lentamente.

—¿Felix?— algo confundido vio como Fdlix asentía. —Te pintaste el cabello.— dijo al ver su cabello de color azul.

—Nonono— negó con la mano,— esto se llama peluca, lo que ella tiene es un teñido de pelo y es porque...— los dos hicieron poses raras mientras tiraban brillantina por los lados —¡cosplay!

Después de eso los dos de agacharon y empezaron a recoger las pequeñas cositas de papel en forma de copitos.
De nuevo se había acordado del Chris, de seguro le hizo un hechizo para que no saliera de su cabeza o se sentía culpable por lo de compito o–

—¿En que piensas?— después de recoger y sacarse la peluca un rato para acomodarla, se puso una pulsera roja en el lado derecho de su pie.

—Nada en realidad... Solo que ayer fue divertido— dijo con una sonrisa.

—¿Ayer la pasaron bien?— su cara asombrada lo asombro a él también: ¿De qué se asombraban?

—Si, con Chris—, completo.

—¿Pero por que no oí nada?— confundiendo a Alan y ganando un golpe de la chica conocida como Annie con muchos lo siento de su parte, dijeron que seria bonito si se pudieran reunir de nuevo.


⌇│Mis vidas, lo siento por este capítulo. Tipo, yo iba re feliz con la primera pero no sé porque no se guardo, la segunda tampoco porque se me apagÓ el celular y tipo cuando lo prendí ya no estaba el capitulo. Puede que haya muchas faltas ortográficas, lo siento. En um futuro lo arreglaré.

Por cierto: ¿cómo les llaman a las palomitas de maiz en sus países?

¡Gracias por su apoyo, los(as) amo!

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⏰ Última actualización: Feb 26, 2021 ⏰

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Flores // marshlanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora