–¿Y si te apuras?– grito Chris tapando su cabeza con sus brazos para no mojarse mucho. –No me enojo–. Una risa se escuchó de su “oponente”, para después oírse el leve trote que se acercaba rápidamente a él.–Sabes, sí hubiera sabido que el cielo se caería, tendría un paraguas para taparnos–. Un fuerte trueno se escucho haciendo que se callaran de golpe, haciendo que los hombros les temblaran.
Marsh solo sonrió levemente al darse cuenta que lo taparía a él también con su paraguas. Y quiso darse un golpe, treinta golpes en cara, no hay número exacto de los que se quería dar, sintiendo su cara levemente sonrojada. ¿Por qué le avergonzaba ver a él y al otro chico con un paraguas, cubriendolos?
Llegaron a la puerta del departamento siendo recibidos por un señor que su trabajo era ese, aunque siempre estaba fumando en la azotea o regando flores.
–Buenos días Christopher–. Dijo levantando las cejas, y haciendo un tipo de reverencia donde solo inclinaba un hombro, marchándose con el timbre de su teléfono sonando, antes de que le pidiera que los ayudará.
–Me puedes pasar una de las bolsas–. Dijo Chris bajando la mirada intentando tapar su cara rojita, dirigiéndose al ascensor, siendo seguido, puede que no, por el chico largo.
–No hay problema, pequeño–. Dijo parado esperando a que la puerta del ascensor se abriera y moviendo sus ojos por la sala de espera.
La puerta del edificio se oyó, y Marsh rogó para que no sea el señor Lee intentado vender mermeladas y mayonesas extrañas.
Se acercó un poco a su acompañante y susurrando en su oreja le sugirio hacerse el loco si veía a un abuelo intentado vender.Un chillido se escucho de la puerta, siendo seguido de un trueno, haciendo que el más pequeño pegará su cuerpo del de casaca negra.
–Pero si es mi niño Marsh–. La voz se le hizo conocida.
–¿Felix?– levemente giro la cabeza viendo a su vecino.
–Hola cariño–. Dijo el pelinaranja poniéndose al lado de Chris y fijando su mirada en el chico nuevo con bolsas, que miraba todo con ojos curiosos. Obviamente Marsh no captó la indirecta porque se empezó a quejar de que el ascensor de seguro se había atrapado en un piso o el vecino del quinto piso estaba reteniéndolo, para jugar algún tipo de broma extraña.
–¿Cómo se llama tu amigo?–. Dijo Felix después de un rato en el que vieron por una pantallita que el ascensor ya bajaba.
–Se llama...–. Y se quedó en blanco, sin darse cuenta se pegó un poco más al cuerpo del otro que miraba ahora a Chris con una sonrisa socorrosa.–Se llam- ¡el ascensor está aquí!– dijo para girarse con súplica al chico que lo miraba con una sonrisa de lado y se reía por bajos, siendo juzgados con una sonrisa por el pecoso.
Cuando entraron Felix miro curioso al par que parecía que se comunicaban con las miradas, uno intentando cubrirse la boca para no dejar escapar su risa al ver la mirada perdida del contrario.
–¿Cómo se llama?– decidió acabar con esa “guerra de miradas” que más parecía un coqueteo leve, claro que no lo diría. Una última mirada se dieron.
–Me llamó Alan–. Dijo, para girarse sin disimular al lado del chico pecas y levantar una ceja. –¿Cómo te llamas tú?–.
Mientras que el dúo de chicos hablaban, Chris pensaba en la persona de mierda que se había convertido. No le había preguntado el nombre a la persona de sus sueños y, aunque no lo admitiría frente a nadie, el nombre le gustaba. Era un buen nombre, hasta le quedaba en la cara.
–Marsh, yo me voy a mi piso–. Un golpe leve en el hombro con una mirada que no pudo descifrar, intentando ser una despedida “casual”, para después despedirse con un apretón de manos de Alan. –Cuidalo, es un distraído–. Una leve risa se escuchó antes de que se cerrará la puerta de nuevo.
–¿Por qué no me dijiste tu nombre?–. Dijo algo dolido sin saber la razón.
–¿Qué piso es tu departamento?– cruzo los brazos en su pecho.
–Y ahora se hace el loco– dijo aun más dolido y poniendo una mano en su pecho, oyendo una leve risa.
–Pequeño, nos estamos yendo a la azotea– dijo Alan, que fue empujado por el otro y poniendo el número de su piso.
–No te dije mi nombre porque no me preguntaste– dijo el más alto después de que Chris se pegara otro de sus viajes astrales. –Me llamo Alan Olav Walter y tengo veintitrés años– como si fuera un niño de preescolar, se presento dándole la mano.
–Yo me llamo Christopher Comstock, pero me suelen decir Marsh–. El otro niño no se quedo atrás y dándole la otra mano se presento. –Mi cumpleaños es en Mayo–. Mientras tenían una platica llegaron a el piso del cumpleañero en Mayo, y después de que abriera la puerta entraron.
Curioso Alan miro el departamento de Chris, que se sonrojo levemente por recordar que no todo estaba en orden.
–Bueno, yo me voy marchando ya.– dijo Alan después de que pusieran las bolsas en el comedor.
–Sa-sabes, puedes quedarte hasta que la lluvia frene un poco–. Marsh siendo consciente de la lluvia fuerte que cae no lo quería dejar ir. Antes de que Alan se pudiera negar, que era muy poco probable que lo hiciera, Marsh hablo: –A-además el ascensor puede que deje de funcionar por toda la lluvia, ¿no crees? No te estoy obligando a quedarte pero puedes quedarte, además hace mucho frío afuefa y te podrías enfermar y yo no quiero eso porque de niño yo me e–.
–Okey, me quedo.– antes de que las murmuraciones del otro se fueran incluyendo al mismo él lo paro. Claro que le interesaría la vida del otro, pero no quería que se lo diga sin querer en sus pensamientos.
–Po-podemos tomar café o ver alguna película– Marsh le iba quitando la casaca mojada del otro para ponerlo en un perchero –¿Está bien?–.
(sin revisar ¡gracias por leer!)

ESTÁS LEYENDO
Flores // marshlan
Fiksi Penggemar"Cada vez que te veo, mi corazón intenta tener contacto contigo ¿Por qué se siente tan bien algo tan mal?" ⌇│Primera historia, tenganme paciencia. ⌇│Amor de chico×chico, si no te gusta, no leer ⌇│Marshmello: pasivo ⌇│Alan Walker: activo ⌇│#25 Marsh...