Yo

34 2 0
                                    

Mi familia dice que cuando tenía tan solo 3 años pronunciaba perfectamente palabras que consideraba graciosas como "mertiolate, calapiña, carpintero, clorofila y tutifruti".

Tengo pocas fotos de cuando era pequeña y en ni una sola sonrio. Era una niña muy seria.

Cuando estaba en el kinder una niña me pellizcó muy fuerte, tenía las uñas muy largas y me sacó sangre, no me quería soltar así que la mordí.

Nunca me gustó vestir de rosa, usar moños o jugar a las muñecas.

Me gustaba muchísimo dibujar y andar en bicicleta, recuerdo que frecuentemente me raspaba las rodillas resbalando de la bici pero eso no me importaba.

Cuando tenía 10 años salí a dar una vuelta en mi bicicleta, iba muy rápido y de pronto mi perro se atravesó frete a mi, para no lastimarlo desvié el volante hacia la derecha, caí de la bicicleta aterrizando de cara contra la vereda, me raspé la frente, la nariz, la barbilla y las manos, me ardía mucho pues pequeñas piedritas se incrustaron en mis heridas.

Entré a casa y todos se alarmaron al verme así, me limpiaron los raspones, tenía miedo de quedar con cicatrices en la cara pero afortunadamente eso no pasó.

No topé más una bicicleta.

Perdí el interés por el dibujo, sentía que ya no lo hacía tan bien como antes así que lo dejé.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 31, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Confesiones de una tal ValentinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora