2- Un poquito sexual pero solo un poquito

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Al terminar el recreo, Gabiriel miró hacia la puerta del aula de 4ºB esperando a que el profesor de matemáticas entrase por ella. Pero no ocurrió; en su lugar, una vieja de pelo decolorado y piel demacrada se presentó frente a la clase con un no muy simpático gesto en su tampoco agraciado rostro. E incluso con todas aquellas características que parecen contrarias al atractivo en una persona, Gabiriel se sonrojó fuertemente con la presencia de la mujer.

-Hola, niños -Entonó esa señora, con una voz de garrapata que resultaba excitante a los oídos del pequeño protagonista -Probablemente os pregunteis por qué estoy aquí en lugar de vuestro profesor de geología.

-Matemáticas -Corrigió una alumna sentada al fondo del salón, de ojos claros y nombre Xupia -Ahora deberíamos tener clase de matemáticas.

-DE QUÉ VAS, NIÑA CABEZONA -Guillermona, nombre con el que la gente usualmente se refería a la anciana frente a la clase, parecía haberse alterado mucho con aquel superfluo comentario. Expulsó Xupia de la sala y procedió con su discurso interrumpido -Vengo porque hoy voy a daros una clase de educación sexual.

Un potente escalofrío recorrió cada una de las células de la rodilla de Gabiriel, culpa del fugaz pensamiento de Guillermona hablando de sexo frente a él. La excitación que sentía aquel chaval con las viejas coñudas era indescriptible, y Guillermona era una de ellas.

- ¿Sabéis lo que es el sexo? - Sin dar tiempo a que nadie respondiera a tan redundante pregunta para unos adolescentes, continuó hablando -El sexo es algo que hace un niño y una niña cuando se quieren mucho y plantan una semillita en la barriguita de la mamá. Si tenéis sexo, os embarazaréis. Si os embarazáis, vuestros padres os obligarán a abortar. Si abortáis, vuestro feto perdido os perseguirá eternamente. -La palabrería de la señorona no parecía estar calando profundamente en los alumnos de la clase, pero le sudaba el coño. -¿Sabéis qué hacer para no embarazaros?

- Practicar la pureza y la castidad -Exclamó Uris, la alumna cristiana de la clase, a la vez que besaba el cruzifijo que portaba en el cuello.

-Es un buen método -Guillermona se acercó a Uris y sacó de su chaqueta una piruleta rosa y blanca de un probable sabor fresa con nata- Te lo has ganado. Pero hay otro método: el condón. ¿Alguna vez habéis puesto alguno? Ponedle uno a vuestro compañero de al lado ahora mismo.

La órdenes de la profesora de educación sexual eran tan repentinas como claras, y Gabiriel sabía perfectamente lo que tenía que hacer. Se puso de rodillas frente a la silla de Akuchi, sin siquiera dejar a este reaccionar. Se regalaron una mirada rápida, en la que Gabiriel pudo contemplar con claridad la cara de su compañero. Este estaba completamente rojo, pero se podía vislumbrar una ligera sonrisa entre las manos con las que trataba de ocultar su cara, fallando debido al reducido tamaño de estas.

Gabiriel bajó con suavidad la cremallera situada en los vaqueros de Akuchi, y cuando la baba estaba a punto de caer de su boca, abierta de par en par, solo fue capaz de ver una estridente luz salir de la bragueta de aquel joven. Una luz que empezó a cubrir toda la habitación hasta que Gabiriel fue capaz de

despertar.

Otra vez. Se dio cuenta de como otra vez se había quedado dormido, esta vez copiando los ejercicios que Akuchi le había dado. En ese momento, la profesora de matemáticas se paró frente a la puerta, haciendo un festivo gesto con la mano que recordaba al propio de un sufero estereotípico. Anal Casa, la profesora más sexy que Gabiriel jamás había conocido, estaba a punto de empezar la clase, y él aún no había sido capaz de copiar ni la mitad de los deberes que le habían sido otorgados por Akuchi.

Pero a Gabiriel eso no le importaba lo más mínimo, le sudaba un poco los cojones tampoco te voy a mentir oyes. Solo podía pensar en el erótico mas decepcionante sueño que acababa de tener. ¿Su atracción sexual por Akuchi no estaba llegando demasiado lejos? ¿Tenía siquiera sentido plantearse estar enamorado de un hombre al cual apenas conocía de palabra? ¿O era normal sentirse tan triste por no haberle visto el pene a su compañero, incluso siendo tan solo en un sueño? ¿O todas estas preguntas podían resumirse fácilmente con un básico "estás más cachondo que una mona"? Se sentía igualmente atraído por Guillermona, por Anal Casa, por Maquita, y montones de profesoras más. ¿Qué incitaba a Gabiriel a preguntarse todas estas cosas solo por Akuchi? Quizá por ser el único hombre. Quizá por ser el único de su edad. Quizá porque era el único que no le gritaba por ser un inútil de mierda en sus distintas asignaturas. Aún así, Gabiriel no encontraba respuestas: solo quería hacerse una pedazo de paja así que se fue al baño y se perdió unos buenos 20 minutos de clase.

Cuando Gabiriel se quiso dar cuenta, la clase ya había terminado y era hora de marcharse a casa. Podría ser que el día hubiera pasado volando, pero Gabi lo achacó más al hecho de que se quedó dormido en otras 3 clases; aquel horario de trasnoche le iba a matar.

A la salida del instituto, se econtró con su amigo Paco, que podía ser la contestación a todas esas dudas que habían rondado su cabeza horas y horas, pues este era un homosexual experto le gustaban los varones wtf qué mal gusto.

Gabiriel x Akuchi(historia sexual)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora