Los Ángeles, 1995.
Escapar de casa nunca fue algo de lo que Luke Patterson se creyera capaz de hacer, hasta que lo hizo.
Que su bicicleta lo llevase a la casa de uno de sus mejores amigos, sin saber cómo diablos, quizás fue obra del destino. O quizás su subconsciente lo hizo de tantas veces que había ido ahí. No lo sabe.
Con su mano recoje una pequeña piedra que arroja al cristal de la ventana de una habitación del segundo piso. No pasa nada. Toma otra y la arroja, esta vez con un poco más de fuerza.
—Vamos, Alex— murmura para sí, en camino de hacer un tercer intento.
Cuando la arroja, es muy tarde para darse cuenta que Alex había decidido asomar su cabeza justo cuando la piedra impacta contra el cristal, por suerte, sólo dándole un enorme susto.
—¡Luke!— susurra Alex en un grito luego de abrir la ventana—. ¿Qué demonios haces aquí?
El castaño se encoge de hombros. Las manos dentro de su suéter y el gorro sobre su cabeza le dan ese aire desinteresado que en muchas ocasiones solía irritar al baterista.
—¿Puedo entrar?
Se miran cortos segundos antes de que Alex suspire con rendición.
—Por dónde siempre.
No mucho tiempo después están ambos en la reconfortante y cálida habitación, uno sentado sobre la cama y otro en la silla del escritorio.
Hay miles de preguntas que Alex quiere hacer, miles de dudas que su ansiedad no lo dejan calmarse, pues es muy raro que él aparezca sin avisar, mucho peor con aquel aspecto de culpa y tristeza que Luke parece llevar cargando. Sin embargo no quiere presionarlo a hablar, porque si se pone irritable todo termina ahí y puede irse tan rápido como llegó.
No, ninguno necesita eso.
Estando a punto de romper la promesa que se hicieron no hace demasiado tiempo, Luke suelta una lágrima.
—Me fui de la casa. Mamá comenzó a gritarme sobre la banda, me enojé. Alex, sí hubieras escuchado sus gritos... No debí hacerlo— toma un suspiro tembloroso y continúa:— pero es que estoy harto de que ellos no entiendan que amo lo que hago. Que es lo que me hace feliz. Verdaderamente feliz.
No pasa mucho tiempo para que Luke sienta los brazos de Alex rodearlo por completo, y es entonces cuando termina por quebrarse. Esconde su rostro y aspira profundamente buscando el confort que sólo encuentra con él.
Sabe que no debería estar ahí tampoco, que el corazón del rubio seguía roto, sanando por su culpa. Es consciente que aquella situación puede volver a perjudicarlo. No lo merece. No después de todo lo que sufrió por su culpa.
Trata de alejarse pero no se lo permite.
—Alex...
—Está bien. Sólo es un abrazo. Puedo hacerlo.
Es curioso cómo la persona a la que le rompiste el corazón puede estar ahí cuando lo necesitas, sin reclamos, ni malos tratos. El amor incondicional que él le profesó (o prefesa aún) es tan puro y lindo que Luke no puede evitar no corresponderle.
Es algo que simplemente siente dentro de sí. El querer amarlo, en reciprocidad del amor que recibe de él.
Pero lo que hizo que se apartara de él y rompiera su corazón fue el miedo. Miedo de los prejuicios, miedo a que todo se terminara para ellos como banda sí mantenían una relación amorosa. Además, el miedo constante también de no ser lo suficientemente bueno para alguien como Alex Mercer.
—Habrá que acondicionar el estudio para que duermas ahí—comenta, tomándolo de imprevisto—. Aquí no es un buen lugar. Ya sabes, mis padres— Alex ejerce un poco de más presión en el abrazo. Sin darse cuenta había cerrado los ojos—, pero si quieres puedes quedarte por hoy.
—Pensaba en ir a la casa de Reggie. Por el momento es lo mejor.
—Sí. Está bien.
El abrazo concluye un poco después. Ambos sienten frío sin la calidez del otro. El mirarse a los ojos fue casi obligatorio. Demasiado cerca pero tan lejos a la vez.
Luke quiere decir algo, pero Alex niega.
—No lo soportaré. Vete ya.
El castaño asiente, limpiandose el rostro con sus manos. Sonríe un poco antes de salir por la ventana cuidando de no hacer ruido.
Al tomar su bicicleta, nuevamente, mira hacia la ventana. Espera a que Alex salga a despedirse, pero eso nunca pasa.
Alex no salió. Él simplemente no salió.
Y eso fue lo que Luke necesitaba para entender que aunque él lo amaba, también lo estaba dejando ir por el bien de ambos, porque su amor no fue, no es, ni podrá ser.
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.Si tienen alguna petición de una pareja o situación háganmela saber y haré mi mejor esfuerzo :')
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MOMENTOS ¦ JULIE AND THE PHANTOMS
FanfictionPequeños One shots de la serie de Netflix "Julie and the phantoms"