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Bajo las escaleras y tomo las llaves del auto, le dejo una nota a su madre en donde solo pudo escribir fui por unas hamburguesas a Brothers, era perfecto ese restaurante estaba igual a 22 kilómetros, 2 kilómetros del cementerio, llevo una pala, guantes, alcohol y un cambio de ropa por si se ensuciaba de tierra y alguien la veía sucia no sospecharan de ella.

En el camino, su mente no la dejaba en paz, el recuerdo de la disputa no la dejaba en paz, estaba en casa llevaba puestos unos lindos jeans azul marino y una sudadera color vino que le hacia una linda figura, cuando llamaron a la puerta y se dispuso a abrir, ahí estaba el, su mejor amigo horas antes de ser asesinado por sus manos, le dijo un simple hola con voz dulce, lo invito a pasar y le ofreció un vaso con agua, el no dejaba de quejarse de sus padres y de su vida, en ese momento todo cambio, bajo la madre de Casandra con una hermosa falda negro lisa, llevaba puestas unas medias, unos hermosos tacones negros no tan altos y una blusa blanca; Casandra recuerda que ella le dijo que volvería mas tarde tenia que trabajar y saludo al cerdo de Raúl que en esos momentos se la comía con la mirada y el muy descarado se mordió el labio al ver como iba hacia la puerta, ahí comenzó todo.

Casandra tomo un cuchillo y comenzó a picar pepinos, mientras el veía el trasero de su madre, y ella le dijo:

- Deja de mirarla, es mi mamá eres un pervertido.

- Cálmate, solo apreciaba la vista- volteo los ojos y mostro molestia en su voz, le había enojado el comentario de ella y se dispuso a hacer un comentario de mal gusto que sabía que dejaría la dejaría callada, que lastima, ¿no?

- ¿De qué hablas?-contesto ella un tanto agresiva y a la defensiva.

- Que no heredaste nada de su físico, mírate Casi, eres un desastre, tiene sentido para mi que sea el único hombre en tu vida fuera de tu padre- contesto el con tono burlón y con una mirada retadora, ella tiene unas caderas que cualquiera fantasearía con ellas, solo mirarlas me sedujo…que mal por ti, tener tan buenos genes y que seas solo esto- el solo se dispuso a tocarle el cabello para provocarla, sabia que ella no haría nada para defenderse, siempre se burlaba de ella y nunca hacia nada, esto era típico de ellos dos.

- No quiero que hables así de mi madre-amenazo quitándose para evitar que el la tocara y apretó fuerte el cuchillo en sus manos, trataba de controlarse.

- Vamos Casi, me dejarías un día venir y enseñarle a tu madre que es un hombre, no como el inepto de tu padre que no da el ancho.

- Casandra no pudo soportar la furia y de un segundo a otro ya estaba amenazando a su mejor amigo con el cuchillo-No quiero que hables así de mi madre o te juro que te matare- pronuncio estas palabras con una mirada tan fría que noto el miedo tenue en los ojos de Raúl.

- Oh vamos Casi, anda mátame, es más fácil que muera que deje de hablar de la perra de tu madre, o piensas que saliendo de aquí no le diré a todos que esta buenísima y que será la siguiente para mí-mientras hablaba se acerco al cuchillo hasta sentir la punta de este en su abdomen, tenia miedo, pero sabia que Casandra no lo podría matar, solo era una niña asustadiza y tonta, no podría matar ni una mosca.

Y en ese segundo la vida de los dos cambios drásticamente, Casandra se convertiría en una asesina tras 10 puñaladas en el cuerpo de su amigo y Raúl simplemente moriría al subestimarla.

Lo merecía Donde viven las historias. Descúbrelo ahora