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Bárbara Gordon seguía trabajando en víspera de navidad, necesitaba conseguir dinero para un regalo que quería comprarle a su amigo secreto. Estaba cansada y debía atender una larga fila de personas que querían su burrito.

—Gracias por venir, tenga una feliz navidad—entregó la cubeta pretendiendo sonreír. Se giró agarrando otra cubeta para el siguiente cliente.

—¡Gordon!—gritó su jefe, esto hizo que Babs soltará la cubeta por el susto.

—Si señor—se giró llevando una mano a su frente.

—Tu turno terminó—dijo chasqueando la lengua—Pero te espero el 28 ¡Temprano! Ten tu paga.

Los ojos de Bárbara se iluminaron, destellando miles de estrellitas. Con un chillido de alegría abrazó a su jefe.

—Gracias, gracias, gracias—seguido de esto se cambió tan rápido como una estrella fugaz y salió del local, luego volvió a entrar—¡Feliz Navidad!

Y volvió a salir, alegre caminó entre las calles lista para gastar el dinero que le habían dado. Pasó entre varias tiendas, pero terminaba despavorida por los altos precios. Quería un obsequio especial para él, algo que le dijera que era la persona más especial de su vida, claro después de sus amigas.

Entró a otra tienda, una grande con un mar de gente caminando de un lado a otro con afán. Miró algunas repisas un peluche con un rayo en su panza, podía ser un buen regalo. Tomó la etiqueta del precio y sus ojos casi se salen de su cara, pasaba del sueldo diario de su trabajo. Lo dejó ahí, tampoco era como si demostrara lo que siente.

Salió de la tienda con un suspiro. El parque estaba cerca tal vez una caminata le ayude a pensar y salir del ajetreo navideño a su alrededor.

♪♪♪♪♪

Frotó sus manos calentando las, por más que llevaba guantes sintió el frío recorrerla. Se sentó en una banca después de remover la nieve.

Apoyó sus codos sobre las rodillas, pensando. Alrededor niños jugaban con la nieve. Pensó en comprarle un videojuego, pero que pasaba si le daba uno que ya tenía, así que descartó la idea. Tal vez una billetera o un viaje pagado, esas ideas las descartaba apenas llegaban, ya que él podía ir a cualquier lugar en menos de lo que se esperaba y una billetera no demostraba algo especial.

Es posible que lo que buscaba no se encuentre en una tienda. Su teléfono vibra, un mensaje de Karen le llega, diciendo que la espera en Dulce Justicia. Soltó un suspiro antes de pararse. Puede que Karen le de una idea para el regalo. Camino con algo de esperanza.

—Conseguir un buen regalo en víspera de navidad no es algo tan fácil como pensé—se dijo ensimismada.

Atravesó las calles, hasta llegar al parque de atracciones en el muelle. En Dulce Justicia también lo vería a él, puede que así sepa que cosa le puede regalar.

—¡Babs, hola!—saluda una tímida Karen.

—Hola Karen—devuelve el saludo con un abrazo.

—Vamos, pasemos. Las demás ya están adentro—le informa abriendo la puerta. Ambas entran a la cafetería, sonriendo y pláticando.

Escrito el 24/12/2020 02:45 a 05:05 pm.

Un Buen RegaloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora