Bajo el mismo muérdago | Supercorp AU Navideño

II

Los nuevos villanos que aparecieron por el camino fueron acabados uno a uno por Supergirl y su equipo. El camino se les hizo cuesta arriba, pero ahí estaban, en la cima luchando sin ningún descanso contra los últimos para llegar al jefe supremo.

Están a punto de derrotar a Lex. O eso pensaban.

Supergirl estaba agotada al igual que sus super amigos de propinarle golpes a todos los secuaces que estaban al mando de Lex Luthor. Su respiración la delataba, su cuerpo estaba exhausto y rígido y sentía que necesitaba un poco de luz solar porque tenía la sensación de que había agotado todos sus poderes contra sus rivales.

Eso realmente le perjudicaba porque cuando llegaría hasta Lex, él se encontraría como una rosa, descansado e impaciente por luchar contra una gastada Supergirl. Kara notaba incluso que su frente sudaba, pero no por el esfuerzo, sino porque se preocupaba de que su traje antikryptonita no fuese lo suficientemente resistente después de luchar sin descanso contra los demás y temía que los golpes que recibió anteriormente fueran a ablandar un poco su traje para que Lex pudiese aprovechar la ocasión de poder rajar la tela o el casco y usar kryptonita contra ella.

Sus super amigos se quedaron al margen, pues sabían que no tendrían ninguna posibilidad de luchar contra una máquina casi indestructible y, además, ellos sí que estaban agotados que no podían ni mover un músculo más. Supergirl, por supuesto, fue consciente y agradeció la ayuda porque sin ellos posiblemente estaría casi por los suelos.

Supergirl llegó a la localización que Brainy le dio por el pinganillo después de sobrevolar a la ciudad y se quedó suspendida en el aire al observar a Lex con una sonrisa entre dientes en el asfalto. Kara respiró hondo y descendió con cuidado, manteniendo una cierta distancia, tensando la mandíbula y apretando los puños. Todos en el laboratorio de Lena estaban encogidos por el gran silencio que hubo. Finalmente le apuntó con el dedo al ver que el pequeño Luthor no ejerció ningún movimiento.

—Se acabó, Lex. Todos están acabados. Te aconsejo que te rindas si no quieres terminar como ellos —intentó Kara mostrándose imponente, pero él se echó a reír enseguida.

—¿Y dejar toda la diversión? Ni hablar —miró a Supergirl desafiante, con una sonrisa lunática y Kara tensó la mandíbula mientras ponía su cuerpo en modo ataque—. ¿Te crees que no sé lo que intentas? Te recuerdo que soy más inteligente que mi hermana. No entiendo como esa necia eligió el bando de las mentiras y de la hipocresía —se burló haciendo que Supergirl apretara los puños, gruñendo entre dientes—. En cuanto acabe contigo, se dará cuenta de lo equivocada que estaba y volverá al lugar a donde le pertenece; a la familia Luthor —se echó a reír y la rubia no pudo aguantar más.

—¡Kara, no lo hagas!

Alex gritó angustiada entre que sus amigos intentaron decir algo para que no cayera en su juego, recordando la verdadera razón por la que estaba ahí: solo para intentar detenerlo, solo para capturarlo. Pero obviamente Kara hizo oídos sordos.

Se propulsó con sus pies y voló imprudentemente hacia él con rapidez. La rabia le consumió por cada extremidad que no pensó con claridad; solo que quería acabar con él, recordando que por culpa de este ser, Lena y ella habían roto su amistad por unos momentos. Ella haría lo que hiciese falta para que sus palabras no se volvieran realidad y demostrarle con todas sus ganas de que estaba equivocado.

Podría no guardar rencor con cualquier ser humano, pero cuando se trataba del hermano de Lena, era diferente. No era justo que él se hubiese salido de rositas cuando también le había hecho daño, jugando con sus sentimientos año tras año y rompiendo añicos sus esperanzas y corazón. Quería que pagara por lo que hizo, por cada plato roto. Quería venganza.