La Mirada que delata

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Faltaba muy poco para que las clases terminaran y era temporada de trabajos finales en tercero de secundaria, aún así era una chica muy feliz, pues había pasado los últimos tres días muy cerca de mis amigos Sara y Pedro, que afortunadamente habían compartido conmigo toda la primaria y también la secundaria. Sabíamos que quizá pronto nos dejaríamos de ver tan seguido, pero queríamos que nuestra amistad no se rompiera. Estábamos en mi casa un jueves por la tarde y la tarea había terminado prácticamente, así que buscábamos en netflix alguna buena película de terror para ver, porque nos encantaban.

Todo era perfecto, porque mis padres no estaban y llegaron hasta algo tarde. Mi hermano, que se había comprometido a quedarse con nosotros, recibió la llamada de su novia y de inmediato salió de la casa, por lo que la tarde sería perfecta. Las palomitas de maíz olían excelente y estábamos a punto de darle al play a "El Conjuro 2" cuando el teléfono de Sara sonó y era su madre, bastante preocupada, diciéndole que tendría que pasar a recogerla de inmediato, pues la abuela estaba enferma y deberían llevarla al doctor. Sara estaba triste, por lo que tratamos de hacerla reír mientras esperaba la llegada de su mamá, que no tardó casi nada. Fue hasta que el auto comenzó a alejarse que nos dimos cuenta Pedro y yo que estábamos solos, con toneladas de comida y una película.

Pedro siempre había sido un gran amigo para mí, junto con Sara sabían todo de mí, incluso les había confesado que uno de los chicos de mi salón llamado Ángel, había sido mi crush por varios años, pero nunca había tenido el valor de decirle. Por su parte Pedro, tuvo una pequeña relación con Sara, que no funcionó en absoluto y no tardó más de una semana. Afortunadamente, no se habían dejado de llevar como amigos y no nos afectó. El era un chico muy simpático, que nunca me había atraído físicamente, pero debo reconocer que se veía muy bien.

Sabíamos que la comida no podía desperdiciarse, además los dos queríamos ver la película y teníamos que hacer la portada de nuestro proyecto en algún momento, así que regresamos a mi habitación. Mientras la película transcurría comencé a notar algo extraño a Pedro, que parecía que en muchos momentos me dirigía la mirada, pero cuando volteaba a verlo, miraba hacia otro lado para disimular. Presentía que no estaba poniendo atención a la película y eso me parecía verdaderamente extraño.

-¿Te pasa algo?

-No, estoy viendo la película

Tuve que hacerle varias veces la misma pregunta hasta que finalmente se quitó la vergüenza y me confesó su problema.

-Es que si llegan tus papás va a ser muy incómodo que se den cuenta que estamos aquí solos.

Reí a carcajadas porque se me hizo totalmente ridículo, pues Pedro era mi amigo de muchísimos años atrás y mis padres lo conocían desde muy pequeño, pero después de unos segundos, mi perspectiva cambió y comencé a pensar que efectivamente sí sería muy incómodo que nos encontraran en mi habitación a los dos en una casa totalmente vacía. Pero decidí tomarlo con humor y molestar un poco a Pedro.

-¿Por qué lo dices?¿Ya cambiaste tan rápido a Sara por mi?

Le dije acercándome simulando coquetería.

Es importante explicar que Pedro es mi mejor amigo y que era común hacer todo tipo de bromas, aunque en esta ocasión, lo había dejado mudo, la situación realmente le incomodaba y se había quedado sin hablar.

-Pedro...¿Qué te está pasando?

-No lo sé.

Fue en ese instante en el que caí en la cuenta que mi amigo Pedro no estaba actuando normal, definitivamente me estaba viendo con una mirada muy distinta a la de todos estos años, muy sutil, pero muy determinada, Pedro estaba mirándome como una chica y estaba nervioso de estar tan cerca de mí. 

Mi mejor amigo PedroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora