El libro que sostengo tuvo una gran influencia en mí, y sin embargo casi nada se sabe de su autor. Resolví solucionar ese defecto. Su nombre era Ozan Demirel y nació a principios del siglo XX en una pequeña aldea en la costa del mar Negro, cerca de la ciudad de Trabisonda. Allí vivió y murió. Se intuye a través de alg...
El sueño que voy a describir fue soñado en 1812. Me gustaría saber cuántos de los detalles que voy a referir ocurrieron realmente aquella noche, en aquella cabeza, siglos atrás. Estoy convencido de que muchos adornaron la historia; yo prometo contar honestamente todo lo que sé.
Había conseguido que de la nada surgiera la vida. Durante un momento, la situación lo hizo sentir como un dios, luego como un loco.
Estamos en un bar de Londres, y un ladrón veterano regala a sus amigos una de sus aventuras en el otro lado del mundo. El grupo escucha con atención, la presencia del hablante y su voz desbocada les exigen respeto. El hombre que relata los sucesos se llamaba Henry B. Lorenz. Desconozco su edad en el momento en que nar...
Leandro Olaya era un hombre adinerado y todos los días rebuscaba en la basura del vecindario. Regresaba a casa cargado de metales oxidados, restos de comida, plásticos malolientes y todo tipo de baratijas. Todo ello lo acumulaba en el sótano y era allí donde pasaba una parte importante de su tiempo. Le pidió a su espo...
A veces mis invitados se preguntan por qué algunos de los cuadros colgados en mi casa están cubiertos. Supongo que esta historia responderá a la duda.
La historia que voy a contar es personal. Es la historia de un secreto que hasta hoy he mantenido oculto. Los hechos se desarrollaron en Jerusalén, a donde una visita de trabajo me llevó un par de semanas. Me hospedé en un hotel céntrico. Aún recuerdo el tacto de la rosada piedra caliza en sus muros, su inspiración as...
Abrió una libreta y comenzó a escribir con la pluma recién comprada. Tres palabras más tarde la soltó aterrado. Su mano había escrito sola, provista de una voluntad propia. Primero tuvo sudores fríos y luego alguna lágrima. Calló de rodillas y se cubrió la cara con desesperación.
Hoy he recibido una carta de un amigo. Lo conocí hace más de una década en un viaje que concluyó de forma deshonrosa. Y aunque después de esa humillante aventura no hemos vuelto a vernos, existe entre nosotros un lazo irrefutable y confidencial. La carta no contiene ninguna información notable, pero tenerla en mi mano...
Bien conocida es nuestra habilidad para percibir rostros en toda clase de objetos. Los leves surcos de una pared pueden producir un característico perfil, un par de ventanas y una puerta pueden transformar una fachada en una expresión de asombro. Esta artimaña visual es una de las variantes de un fenómeno llamado pare...
Hace una semana mi amigo declaró haber acabado con el mundo. No lo creí entonces pero ahora, como siempre, empiezo a dudar. Vivo en Cepeda de la Sierra, al sur de Salamanca. Me dedico a la pintura. Desconozco la opinión que ustedes tienen de la profesión de pintor; quizás alguno la estime romántica o liberadora. De se...
Hubo un hombre de paz que trajo una guerra al mundo. Permítanme que les cuente su historia y la de su insoportable destino. Antes de comenzar, me parece pertinente anunciar que no voy nombrar a los dos países participantes en el conflicto, la razón es que lo que voy a contar puede considerarse una versión revisionista...
Gabriel Miranda y yo nos conocemos desde pequeños. Ambos vivimos en Oviedo toda nuestra vida. Gabriel era alguien imposible de ignorar y nadie podría decirte por qué. En su actitud y en sus gestos había algo imponderable, los rasgos en su cara exigían ser contemplados. La inasumible densidad de las miradas y de la ate...
Conozco el lugar en que nací: la ciudad de San Francisco. El nombre del pueblo en el que me crie y en el que pasé mi juventud, sin embargo, lo he olvidado. Me llamo Sebastian Serber, hijo del empresario John Henry Serber. Mi padre ostentaba una fábrica en California que consumía su tiempo; la empresa había sido creada...