Siril Geaster
La primera vez que vi un fantasma tenía trece años. El miedo a lo desconocido me atormentaba con el primer dolor de mujer, con la primera sangre de vida, y para cuando la media noche llegó, yacía cual nudo entre las sábanas de mi lecho, convencida que moriría a causa del dolor en mi vientre bajo; pero las doce marcaba...