¡Eres el padre, hazte responsable!
Estába tan emocionado, después de ahorrar tanto por fin podría ir a Alaska. Pero Dios, el destinó, no lo sé. Tenían unos planes completamente diferentes a los míos. El barco en el que iba terminó hundiéndose peor que el Titanic. Toda mi vida pasó frente a mis ojos en cuestión de segundos, con ello muchos arrepentidos...