Entre Amigas
Y de repente, mi vida volvió a su eje, las ganas de llorar pasaron, me sentí revitalizada. Ahí estaba, ella, no tenía ni idea del impacto que había causado en mi, pero yo le agradecía. Le hice un guiño con mi ojo y ella me devolvió el saludo de una forma amistosa. Estaba como siempre. Hermosa. Sentí el impulso de besa...