Después de aquella forzada confesión no quedo nada, ni un un solo rastro de mi sonrisa, ni una sola palabra mas para decirte. El preludio de aquellos poemas de amor son solo una melodía melancólica, que ahora me recuerda lo ingenua que algún día fui yo. <>La historia es totalmente mía, al igual que los poemas que salgan. <>Todos los personajes le pertenecen a Chinomiko y Beemov.
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