Me enojé, me enojé con la vida, con la fe, con cualquier cosa existente en el universo; tocarme a mis abuelos y a mamá es lo peor que alguien podría haber hecho. Pero luego entendí, qué, si algo sucede, tiene un propósito, quizás en mi dolor no lo entienda, pero luego, en algún instante todo encajaría. Nadie puede decirme que el amor me va a salvar, porque ¡joder! Son todos unos imbéciles.