Desde que Zuko venció a su hermana, Azula, con la ayuda de Katara, ellos dos se volvieron muy unidos... en todos los sentidos. Llegaron a compartir varias noches de pasión, pero al ser de dos naciones distintas, su amor no era permitido y decidieron mantenerlo en secreto. Un día, Katara, recibe una noticia que lo cambia todo y se marcha al reino tierra, sin despedirse ni dejar rastro. Ahora, seis años después, Katara vive como una joven mujer no maestra del reino tierra junto a un pequeño niño de cinco años y medio de ojos dorados. Un niño del que nadie tiene idea de su existencia, nisiquiera su padre: el señor del fuego Zuko.