-lo siento Ana, no puedo ofrecerte más que esto- subiendo la cremallera de su pantalón. -¿piensas vivir para ti o para esta sociedad, que aparentemente es la que te rige?- mirándole fijamente mientras este huía de su mirada. -no pienso aguantar más está situación Raphael- -no te estoy pidiendo que lo hagas, pero es cuanto tengo para dar, lo siento- terminando de alistarse. -¿Es un adiós entonces?- -sí Ana, creo que deberías buscarte a alguien que pueda estar contigo al cien, no como yo- dándole un ligero beso en la coronilla, para salir de la habitación. Luego de ese día Ana tuvo las cosas claras: *Raphael se iba arrepentir de aquello