Si. Esta es una típica historia cliché, pero en este caso gay. Todo comenzó cuando lo conocí. Esa misma tarde ya tenía corazones de todos los colores rodeando su nombre en todos mis cuadernos. Y no, no es que sea un inmaduro con 15 años. Es que recordar su nombre realiza una sensación de toques eléctricos en todo mi cuerpo, que vendría siendo el conocido "mariposas en el estómago".