Las pérdidas de seres queridos nunca son agradables y duelen tanto que pensamos que es imposible seguir. Sin embargo, a veces hay que seguir, aunque no tengamos ganas o nuestra vida se vaya cada día al despestar. Entonces, ¿por qué no escribir sobre ello? La escritura puede ser uno de los métodos por el cual uno puede dejar plasmados cada uno de los sufrimientos que vive y esta historia no es excepción.
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