Capítulo 3- El tiempo pasa y mis demonios se apoderan de mí.

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Quizás, aquella sombra escurridiza que percibo y siento en cada momento de esta fría y oscura noche sea la muerte. ¿Por qué vendría por mí? Me pregunto, esperando a que las horas pasen y el sueño logre adormecer mi cuerpo y mis pequeños ojos que se encuentran rojos, secos, sin lágrimas pero a la vez con ganas de sentir aunque sea una de ellas porque los demonios rondan y sacan los mejores momentos, las pocas ganas que tengo para seguir adelante.

Tal vez, mañana el sol ilumine mi rostro y me de ánimos para seguir pero quizás, no sea así. ¿Acaso la noche consumirá todo de mí? ¿Acaso la muerte vendrá finalmente a llevarse mi pobre alma? Todos se atemorizan al pensar en la muerte pero ya no tengo miedo ya que nacemos para luego morir por lo que no es un secreto oculto o prohibido, ¿no lo creen?

A veces, me imagino que la oscuridad se apodera de mí y exprime hasta la última gota de vida que todavía queda en mi destrozado corazón pero cabe decir que en mi mente también ronda la idea de que ella sólo quiere tentarme y quiere dejarme sufrir más en este mundo. ¿Acaso la muerte tiene piedad? ¡No! Sólo quiere que luego le suplique de rodillas que se deshaga de mí para finalmente quedarse con mi alma.

Todavía recuerdo que cuando era niña todo se solucionaba tan rápido, o quizás no era consciente que otro sufría por mí para verme feliz así que mojando mi cara, veo mi reflejo en el espejo y no me gusta mi apariencia pálida y sin vida. Aquella chica de casi 18 años, no se parece en nada a lo que antes era... Ya nada es igual y aunque duela decir, el mundo no es igual... Todos han cambiado sin que uno se de cuenta. 

Al llegar la noche, me encierro en mi pequeña habitación y colocándome mis auriculares me olvido que existe un presente que existo yo y mis problemas... Ya nada parece real. Cerrando mis ojos, me dejo llevar por el sueño pero éste no dura mucho... Las sombras han vuelto para atormentarme y no puedo volver a descansar hasta que lo que solemos llamar "sol" anuncie un nuevo día. Mi mirada se pierde en un punto fijo de la pared y sólo pido que el tiempo pase rápido que finalmente el sueño tome mi cuerpo y me arraste a sus profundidades sin importar que harán luego conmigo aquellas sombras. Al despertar, todo parece tranquilo así que al ver el reloj son las 6 de la mañana y debo ir a la escuela... Sí, el único lugar donde puedo decir que las cosas me van bien... Bueno, en las notas, en lo demás no tan bien.

A veces, creo que la gente me odia o que soy diferente y por eso nadie me quiere a su lado. A pesar de ello, ya nada importa. Este año nada me importa, ni que me insulten, ni que se acerquen, ni nada por el estilo. Sólo soy yo en mundo de gente que no tiene otra cosa que hacer que molestarme o criticarme por los errores que cometo pero ahí está el gran secreto... ¡Todos somos seres humanos! Suspirando pesadamente, tomo una manzana y ésta sin otro justificativo será mi almuerzo y cena. El hambre ya no forma parte de una de mis necesidades y mi cuerpo la rechaza a toda costa. Volviendo a casa, todos hablan de mí... ¿Acaso no tiene vida propia? Apurando mis pasos, llego y vuelvo a encerrarme entre las cuatros paredes de mi habitación que son el único refugio que por ahora conservo. Mi madre me llama a comer pero tapando mis oídos, los golpes en la puerta y su voz dejan de retumbar y se va perdiendo poco a poco. Un dolor se extiende en mi cabeza y para lo único que todavía me queda fuerza es para ponerla sobre la almohada y soñar... Si es que son sueños y no pesadillas.

Nada parece ir bien y debo asumirlo. Mis demonios están dispuestos a todo con tal de verme caer una y otra vez y tal vez, la muerte me persigue o quizás no... Puede que sea una idea mía. Uno nunca puede saber lo que realmente está sucediendo en mi alocada vida porque ni siquiera yo lo sé.

Mi vida es un desastre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora