Corrían los últimos meses de 1985, una joven mujer corría por las frías senderos de un bosque, en lo más oculto del corazón del mismo. Su cabello, rubio con reflejos rojizos golpeaba su cara al ritmo de su carrera, su delicado rostro reflejaba el miedo que su cuerpo sentía. Una corriente de energía recorre su cuerpo de arriba a bajo, haciendo que se detenga abruptamente ante la imagen de la bruja más antigua del clan. - Ayúdame -Le dijo la rubia La bruja antigua, con su rostro lleno de arrugas, sus ojos blancos la acobijo en un manto de energía protegiéndola de todo tormento a la joven bruja rubia. - Tu vientre será el cobijo de mi herencia, un alma eterna que viaja en busca de su compañera -Dijo fuerte la bruja antigua. La joven chica arrodillada en el piso sin entender ni una palabra trataba de retomar su respiración, el viento seguía soplando, y cada vez más fuerte. La noche se hacía presente y la luna roja comenzaba a brillar en el medio del descampado de árboles. El cuerpo de la joven rubia de rendía ante la profecía, cayendo de apoco en los brazos de un cansancio sumido por la confesión de la profecía. La luna roja seguía subiendo por el lejano cielo, mientras la Madre bruja del clan Luna prometía ante la poderosa luna proteger a la bruja y su herencia con sangre.
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