Capitulo 3 - Un... ¿demonio?

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Aun no entendía el silencio apoderado en el Jeep de mi padre. 

Los ojos castaños de Frank miraban la larga carretera iluminaba por el atardecer  que conducía a casa, nadie mencionaba una palabra: ni Adrik que estaba de copiloto, ni mi padre, ni yo. 

La calefacción de la Jeep estaba prendida, creando un ambiente acogedor, pero aun así un frio no dejaba de caminar por mi columna, hasta llegar a mi cien, como avisándome que lo de hoy en la ruta no iba a ser lo único que pasaría. Mi poca sangre de bruja, trataba de advertirme que algo pasaría, como si cada célula de mi cuerpo enviera la misma informacion: Esto solo es el comienzo.

Y sinceramente la mandíbula tensada de Adrik y su golpeteo nervioso sobre el posa brazo del auto me demostraban algo. 

Todos estabamos expectantes como si algo sucediera. 

La pregunta que nadie se atrevería a soltar, pero que mas rondaba mi mente ¿Para que deberíamos prepararnos?

Papá doblo abruptamente para entrar a nuestro patio y dejar el auto en el garaje, entre toda la energía negativa del ambiente nadie pareció notar lo mismo que note al pisar el suelo de cemento de nuestra entrada.

Un calor que se desprendía del fondo de mi alma, y un frio que rodeaba mi cuerpo, como si hubiera estado muy cerca de una fogota -Encima mejor dicho- y hubiera salido a la misma Antartida. Cada pelo de mi cuerpo se erizo haciendo saber de que estaban ahí,

Tome la mano de Adrik quien bajaba directo a entrar y lo detuve, a un paso exacto de mi. Casi subiendo las escaleras de madera que daban al porche. 

Esto no estaba bien, esta no parecia mi casa. 

–¿Ambar? -Pregunto Adrik analizandome con su mirada, 

--Hay algo, lo siento en mi ser  --Trague salvia, mientras mi padre se acercaba a nuestro lado y nos miraba intrigantes- Fuego desde mi alma y un frio que me rodea –Solto lo mas profundo de mi ser, Fran coloco su mano en mi hombro con un gesto consolador. 

--Has tenido una mañana bastante complicada, ademas es tu cumpleaños 17 muchas amateur comienzan a agobiarse...-Prenuncio Frank acariciando mi hombro tratando de calmarme

-- Ademas, no siento nada -Agrego Adrick

Queria creerles, de verdad. Pero podia sentir mis mas oscuros deseos y perversiones adentro de mi bribar, mi parte de bruja de luz parecia querer apagarse con cada bocanada de aire que tomaba, como si una bola enorme se atorara en mi garganta y pidiera salir a gritos. Mis manos temblaban y Adrik observaba sorprendido nuestro agarre moviéndose por mi temblequeo. 

Era la misma energía que sentí hoy de mañana, la misma poderosa esencia que me hacia sentir ganas de renunciar a mi lado de vida y unirme a la muerte por siempre, la misma energía que me hacia querer prender fuego cada centímetro de la ciudad y disfrutar mientras los veo arder sentada en un pedestal alejados de todos...

Coloque mis manos una encima de la otra, de forma que mis uñas acariciaran la parte interior de mi muñeca, dejando en el medio un pequeño hueco en el medio de ambas. Aspire profundo, y cerré mis ojos mientras accedía a ese pequeño rincón de mi mente despertandolo. 

La esencia que parecía estar dentro de mi casa se detuvo solo un segundo, para comenzar a sentirla cada ves mas y mas cerca. Y solo ahi Adrik lo sintió y me observo con atención.

--Liberate -Dijo mi amigo y guardián, dejando ver la espada de la luna deslizándose por su mano derecha. 

Blanca palida como mis ojos, y con un mango carmesí, la espada brilla con el reflejo del aterdecer que amenazaba con comenzar a irse. Adrik coloco la espada enfrente de su cara, preparandose para lo que sea que se acercara a nosotros.

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⏰ Última actualización: Jul 05, 2019 ⏰

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