-Mi padre fue asesinado enfrente de mis hermanas y mi, ¿Y qué fue lo último que le dijiste? -pregunté mientras una lagrima resbala por mi mejilla-¡DIME QUE MIERDA LE DIJISTE!- exclamó pero me responde el silencio y suelto una risa llena de sarcasmo- Le fallamos- lo obligó a abrir la boca y le colocó su propia arma ahí- Malditos los hombres que tienen sus manos llenas de sangre... No, malditos aquellos que mancharon mi alma y destruyeron mi mundo. Un disparo, es un disparo lo que se escucha.