Una gran depresión azota a Luffy, sin superar la muerte de su hermano, o las malas actitudes que simplemente lo hartaron, llevando al límite de su paciencia a un destrozado capitán. Pero no todo era malo, aún tenía a alguien que amaba, quería decirlo pero simplemente no podía, miedo, ¿quizás? O tal vez necesitaba algo de tiempo, no lo supo y probablemente no lo intentaría. Nesecitaba algún empujón o alguna señal de ella para poder continuar, pero la depresión no te deja ver las cosas buenas.